El fabricante de baterías para vehículos eléctricos, Northvolt, ha hecho un anuncio devastador: despedirá a 1,600 trabajadores en Suecia, lo que representa una quinta parte de su plantilla total. Este difícil paso se toma en el marco de un severo plan de reducción de costos, debido a problemas de liquidez y a una disminución en la demanda de sus productos.

Los despidos afectarán a varias instalaciones en el país: 1,000 empleados perderán sus trabajos en Skellefteå, 400 en Västerås y 200 en Estocolmo. A su vez, Northvolt ha decidido suspender cualquier plan de desarrollo en su planta de Skellefteå, un área clave para su operación.

El CEO de Northvolt, Peter Carlsson, ha expresado la necesidad de adaptar sus operaciones a un entorno macroeconómico "difícil" para garantizar una base de costos "sostenible". A pesar de que la electrificación sigue teniendo un panorama positivo, la empresa tiene que actuar para enfrentar la recesión en el sector automotriz y los desafíos industriales en general.

Este recorte de personal es parte de un cambio estratégico donde la empresa buscará ajustar sus prioridades a corto plazo y enfocarse en mantener sus compromisos con los clientes actuales del sector automotriz.

Además, Northvolt ha decidido pausar sus planes de construcción de una nueva planta en Borlänge y ha revelado que la apertura de su instalación en Canadá se retrasará un año. Pese a la gravedad de la situación, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha reiterado que no se realizará ninguna inyección de capital por parte del Gobierno.

La situación complicada de Northvolt no es un caso aislado. Fundado en 2015, la empresa ha sido considerada como una de las principales esperanzas de Europa para competir con los gigantes asiáticos y estadounidenses en la producción de baterías de litio. Sin embargo, la compañía ha enfrentado importantes dificultades financieras similares a las que ha atravesado Volkswagen, su mayor accionista con un 21% de participación.

Recientemente, Northvolt ha acumulado retrasos significativos en la producción, lo que ha generado frustración entre clientes importantes como BMW. La empresa ha admitido que necesita aumentar la velocidad de entrega para satisfacer la demanda de sus clientes.

En enero, Northvolt aseguró un préstamo de más de 4,700 millones de euros, aumentando su deuda total a 13,000 millones de euros, destinados a establecer una cadena de suministro de baterías en Europa. Ante esta creciente carga financiera, la compañía está revisando sus operaciones globalmente y buscando nuevos acuerdos de financiación para evitar profundizar su crisis.

Sin embargo, ha trascendido en medios suecos que Northvolt necesita urgentemente una inyección de capital de aproximadamente 7,500 millones de coronas suecas (aproximadamente 658 millones de dólares) para evitar caer en una crisis de liquidez. Este cóctel de problemas levanta preocupaciones sobre el futuro del fabricante y su capacidad para mantenerse a flote en un mercado cada vez más competitivo. Las repercusiones de estos despidos podrían sentirse en toda la industria, ya que Northvolt desempeña un papel crucial en la transición hacia la electrificación del transporte y la sostenibilidad en Europa.