La reciente decisión de Donald Trump de retirar nuevamente a Estados Unidos del Acuerdo de París ha generado ondas de preocupación en el mundo entero. Este acuerdo, que fue firmado en 2015 por casi todos los países del planeta, tiene como objetivo primordial la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, la realidad actual es muy distinta a la de 2016, cuando Trump ya anunciaba su retirada. Desde entonces, el avance de las energías renovables ha sido imparable. Según datos recientes, las inversiones en energías limpias han crecido exponencialmente, superando los 500 mil millones de dólares en 2023. Además, muchos países están acelerando su transición hacia fuentes de energía sostenibles para cumplir con sus propias metas climáticas, independientemente de las decisiones de EE.UU.

Expertos en clima afirman que, aunque la salida de Trump es una "mala noticia", no detendrá el cambio hacia una economía más verde. Países como China, Alemania y España están liderando el camino, aumentando su capacidad de energía solar y eólica. Esta transformación se está viendo impulsada por la necesidad urgente de mitigar los efectos devastadores del cambio climático, que ya afecta a millones de personas con fenómenos meteorológicos extremos.

Así, mientras Trump regresa a políticas retrógradas, el resto del mundo avanza hacia un futuro más sostenible. La lucha contra el cambio climático es un compromiso que trasciende fronteras políticas.