Un viaje que originalmente iba a durar solo ocho días se ha convertido en una prolongada estancia de diez meses. Los astronautas de la NASA, Sunita Williams y Butch Wilmore, siguen atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS) desde junio, y el regreso anticipado ha sido postergado una vez más, esperándose ahora que vuelva a la Tierra a finales de marzo o incluso abril de 2025.

Este nuevo retraso fue confirmado por la NASA, que ha extendido la misión de ambos astronautas, quienes inicialmente habían despegado el 6 de junio en un vuelo de prueba con la nave Starliner de Boeing. Sin embargo, todo se complicó en septiembre cuando la Starliner fue declarada no apta para realizar vuelos tripulados de regreso a casa, después de que se detectaran serias preocupaciones sobre la fiabilidad de sus propulsores tras pruebas efectuadas por Boeing y la agencia espacial estadounidense.

Williams y Wilmore han pasado a formar parte de la tripulación de la misión Crew-9, pero su regreso sigue dependiendo de la llegada de la Crew-10, que volará en una nave Dragon de SpaceX. Sin embargo, la misión Crew-10 también ha sufrido retrasos, ya que SpaceX indicó que necesitará más tiempo para preparar la nueva cápsula Dragon, moviendo así el lanzamiento hasta finales de marzo.

“Consideramos utilizar una cápsula ya existente para cumplir con el cronograma, pero decidimos que la mejor opción era esperar a la nueva nave”, explicó un portavoz de la NASA. La situación se vuelve crítica ya que la llegada de la Crew-10 es necesaria para iniciar lo que la NASA describe como un “periodo de traspaso”, donde los astronautas salientes compartirán sus conocimientos con los recién llegados para asegurar la continuidad de las operaciones científicas y de mantenimiento en el complejo orbital.

Esta situación refleja las dificultades que Boeing ha enfrentado con el desarrollo de la Starliner, un programa crucial para proporcionar alternativas comerciales a las naves Dragon de SpaceX. La NASA ha declarado que, aunque la Starliner podría haber completado un aterrizaje seguro, decidió no asumir riesgos tras identificar problemas en los propulsores. La próxima prueba de la Starliner con tripulación no está prevista antes del verano de 2025, acumulando un total de años de retraso, dado que el proyecto originalmente debía estar operativo en 2017.

Mientras tanto, SpaceX, que desde 2020 ha brindado un servicio confiable para el transporte a la ISS, también enfrenta desafíos. En los últimos meses, tres fallos menores en los cohetes Falcon 9 han llevado a la compañía de Elon Musk a suspender temporalmente lanzamientos para investigar las causas, poniendo aún más presión sobre el cronograma de la NASA.

El futuro de la exploración espacial está marcado por estos imprevistos, y la NASA se encuentra en la encrucijada de asegurar la seguridad de sus astronautas mientras intenta avanzar hacia nuevas fronteras en el espacio.