El equipo legal de Juana Rivas ha presentado una histórica denuncia por violencia vicaria internacional contra su expareja, Francesco Arcuri, originario de Italia. Este caso marca un hito en la jurisprudencia española, ya que es la primera vez que se examinará una denuncia de estas características en el país, documentando más de ocho años de episodios de maltrato.

La denuncia, que abarca 22 páginas, relata una serie de abusos sufridos por Juana y sus dos hijos, uno de los cuales es menor de edad. Según los abogados de Rivas, de Aránguez Abogados, están ante el primer caso de violencia de género vicaria internacional que será analizado por los tribunales españoles, y buscan llevar el profundo debate sobre los años de denuncias previas al Tribunal Supremo.

Esta nueva acusación se suma a las tres denuncias que habían sido presentadas desde diciembre y archivadas por los juzgados de Violencia sobre la Mujer en Granada y Málaga. Mientras tanto, el hijo menor de Rivas y Arcuri permanece en España debido a las medidas cautelares impuestas por un juzgado en funciones de guardia.

La denuncia narra el recorrido de Juana desde que regresó a su municipio y formuló una denuncia ante la Guardia Civil el 12 de julio de 2016. En este proceso judicial que ha sido descrito como "intenso", Rivas entregó a sus hijos a su padre, tras haber estado unos días en paradero desconocido, un suceso que se representa como una "entrega forzosa" que provocó un intenso sufrimiento físico y emocional para los niños y para ella.

La custodia de los niños había sido concedida al padre, alegando un supuesto síndrome de alienación parental, aunque esta decisión fue posteriormente anulada por el Tribunal Supremo de Italia en marzo de 2024. Aunque la denuncia no menciona la condena previa a Juana Rivas por sustracción de menores, cabe señalar que su pena fue posteriormente reducida y favorecida por un indulto parcial.

El caso de violencia vicaria también destaca las 14 denuncias previas contra Arcuri por maltrato físico y psicológico a sus hijos, la mayoría de las cuales fueron archivadas en febrero de 2019. Estas denuncias contienen escalofriantes relatos de violencia física, vejaciones, insultos, y la acusación de que el padre agredió a sus hijos físicamente, además de amenazarlos con matar a su madre.

La denuncia más reciente de Juana Rivas trae a la luz una serie de amenazas dirigidas a ella a través de mensajes de texto enviados por Arcuri en diciembre, así como más de 90 llamadas perdidas que la madre no respondió. Según su equipo legal, estas comunicaciones están impregnadas de un "claro ánimo intimidatorio" con la intención de someter a Rivas y a sus hijos, agrandando su sufrimiento y temor.

Rivas presenta este caso basado en dos delitos continuados: uno de violencia psicológica habitual contra ella y otro por lesiones psíquicas causadas por su expareja. La denuncia asegura que el objetivo final de Arcuri es "destruir la vida" de Juana, tocando lo que más le duele: sus hijos.

La abogada de Rivas, Aránguez, destaca que no existen precedentes legales en España para un caso internacional de violencia vicaria. Se enfatiza que este proceso busca justicia en España, donde Rivas reside y donde los abusos han tenido lugar, enfatizando que los hechos no han prescrito debido a la naturaleza habitual de dichos delitos.

Además, Rivas ha solicitado que los jueces actuales que han tratado sus denuncias previas no intervengan en este nuevo proceso, ya que considera que no se han comportado de manera imparcial. Este caso podría no solo elevar el debate sobre la violencia vicaria en España, sino también sentar precedentes importantes para futuras denuncias.