La Universitat Politècnica de València (UPV) ha dado un paso gigantesco en la investigación de enfermedades crónicas al unirse a un innovador estudio internacional. A través del Instituto ITACA, este esfuerzo busca desentrañar patrones ocultos en patologías que afectan a millones de personas en todo el mundo.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista 'Scientific Reports' de la editorial Nature, introduce "una metodología revolucionaria" que incorpora la minería de procesos para llevar a cabo estudios epidemiológicos. Este enfoque permite detectar patrones en enfermedades como la enfermedad renal crónica (ERC) y va más allá de las limitaciones de las técnicas tradicionales, ofrecendo una nueva luz en el análisis de la evolución de estas patologías.

Carlos Fernández-Llatas, investigador del ITACA y coautor del estudio, afirmó: "La minería de procesos es una herramienta invaluable que nos permite descubrir patrones epidemiológicos que los métodos convencionales no pueden captar. Esta técnica profundiza en la progresión de enfermedades, lo cual es fundamental para entender mejor su tratamiento y evolución."

Este trabajo se destaca como el primero a nivel internacional que aplica con éxito la minería de procesos para aportar evidencia en epidemiología, revelando patrones de comportamiento dinámicos que pueden cambiar la forma en que se aborda el tratamiento de enfermedades. El estudio propone un modelo que combina varias técnicas de minería de procesos y modelos epidemiológicos, lo que resulta en un análisis más robusto de grandes conjuntos de datos.

Para poner a prueba esta metodología, se aplicó a un grupo de pacientes en Estocolmo, con el objetivo de comparar la eficacia de dos tratamientos comunes para la reducción de ácido gástrico: los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y los bloqueadores H2. Los investigadores analizaron la información de 110.577 pacientes, de los cuales 100.803 habían comenzado su tratamiento con IBP, y 9.774 con bloqueadores H2.

Los resultados fueron sorprendentes. El estudio reveló que "el uso de inhibidores de la bomba de protones está asociado con un mayor riesgo de deterioro de la función renal y de una mortalidad superior por cualquier causa en comparación con los bloqueadores H2". Este hallazgo pone en jaque el uso generalizado de los IBP, especialmente en pacientes con predisposición a sufrir deterioro renal.

Además, se examinó el vínculo entre comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, diabetes y EPOC, y la progresión de la enfermedad renal, brindando una perspectiva más completa sobre cómo estas condiciones pueden afectar el desarrollo de la ERC.

La UPV ha subrayado la trascendencia de este estudio al enfatizar "la necesidad de reevaluar el uso masivo de los IBP en pacientes vulnerables". La investigación no solo abre la puerta a nuevas oportunidades en la medicina personalizada, sino que también proporciona herramientas para diseñar intervenciones clínicas más efectivas, ajustadas a las características individuales de los pacientes. Así, estamos ante un avance que tiene el potencial de transformar radicalmente nuestro enfoque hacia las enfermedades crónicas.