En una drástica decisión, la mayoría conservadora del Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido que el presidente electo Donald Trump enfrentará su sentencia por el polémico caso Stormy Daniels solo diez días antes de su toma de posesión. Este jueves, los jueces votaron cinco a cuatro para no suspender la vista programada para este viernes, donde el juez Juan Merchan planea penalizar a Trump por 34 delitos de falsificación de documentos, hechos por los cuales ya fue declarado culpable por un jurado en mayo del año pasado. Merchan ha indicado que puede inclinarse hacia una exención total de la pena, lo que podría liberar a Trump, aunque significaría que sería el primer presidente en la historia de EE. UU. en ser condenado.

Este caso se centra en los pagos de 130.000 dólares que Trump realizó a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, supuestamente para evitar que revelara su relación durante la campaña presidencial de 2016. La verdad detrás de estos pagos y las posibles implicaciones legales han acaparado la atención de los medios y del público, generando debates acalorados sobre la ética y la legalidad de las acciones de Trump.

Tres de los jueces del Supremo fueron nombrados por Trump durante su presidencia, pero curiosamente, su voto se alinea esta vez con los magistrados progresistas, incluyendo al presidente del Tribunal, John Roberts. En contraste, los jueces conservadores que apoyaron a Trump en decisiones anteriores se manifestaron en contra de mantener esta apelación.

Los abogados de Trump argumentaron en su petición de suspensión que enfrentar una sentencia penal mientras se prepara para asumir la presidencia es una carga «intolerable e inconstitucional», llevando a la corte a considerar las tensiones entre la justicia y los intereses nacionales. Sin embargo, el Tribunal señaló que las alegaciones de Trump sobre violaciones legales podrían resolverse en el proceso de apelación ordinario, lo que pone de relieve el complejo camino legal que enfrenta el expresidente.

A pesar de las dificultades, Trump continúa luchando por desacreditar los cargos en su contra, alegando que las acciones por las que fue condenado ocurrieron en su anterior mandato. Sin embargo, el juez Merchan ha rechazado esas alegaciones, destacando la inexistencia de inmunidad para un presidente electo en este contexto. Mientras tanto, y a medida que se aproxima su juramento, los analistas políticos se preguntan cómo afectará este caso a su administración y su legado.

La sentenciación de Trump está prevista para un momento crucial y podría impactar fuertemente el camino político estadounidense, manteniendo al mundo atento a las decisiones judiciales que se aproximan. ¿Qué pasará cuando Trump se siente en la Casa Blanca mientras enfrenta una posible condena? Solo el tiempo lo dirá.