(CNN) – Un reciente estudio ha revelado que el plástico negro que se utiliza en juguetes, recipientes de comida, utensilios de cocina y bandejas para carne y productos agrícolas puede estar contaminado con retardantes de llama tóxicos, los cuales podrían filtrarse de productos electrónicos durante su proceso de reciclaje.

Megan Liu, autora principal del estudio y gerente de Ciencia y Políticas de Toxic-Free Future, destacó que uno de los productos más alarmantes fueron las cuentas de plástico negro que los niños utilizan en juegos, similares a las de Mardi Gras, pero destinadas a disfraces. "Ese producto contenía hasta 22,800 partes por millón de retardantes de llama, lo que representa casi un 3% en peso", subrayó Liu. La evidencia sugiere que estos juguetes pueden ser manipulados por los niños de forma continua, exponiéndolos a riesgos potenciales.

Los retardantes de llama peligrosos identificados en estos productos son aquellos que también se emplean en la carcasa de dispositivos electrónicos, lo que sugiere que el proceso de reciclaje de plásticos está contaminando productos que llegan a las manos de los consumidores.

Uno de los casos más preocupantes fue una bandeja de plástico negro para sushi que contenía 11,900 partes por millón de decabromodifenilo (decaBDE), un conocido tóxico asociado con múltiples problemas de salud. Según un estudio de abril de 2024, las personas con niveles elevados de PBDE en sangre tienen un 300% más de riesgo de mortalidad por cáncer.

Aunque la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos prohibió en 2021 el decaBDE debido a sus vínculos con el cáncer y otros problemas de salud, se encontró esta sustancia en el 70% de las muestras analizadas en el nuevo estudio, con niveles que superaban hasta 1,200 veces el límite establecido por la Unión Europea.

Los investigadores estimaron que una persona promedio podría estar expuesta diariamente a 34.7 partes por millón de decaBDE solo a través del uso de utensilios de cocina de plástico negro. Linda Birnbaum, exdirectora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, advirtió sobre la peligrosidad de los retardantes de llama que ya no deberían estar en uso y recomendó a los consumidores evitar el contacto de alimentos con plásticos negros y elegir juguetes que no contengan componentes de este material.

Es esencial reconocer que los dispositivos electrónicos, que utilizan estos retardantes con el fin de prevenir incendios, están en nuestros hogares: hay más de 20 productos electrónicos promedio en cada hogar. Además, los retardantes son comunes en muebles y textiles, lo que aumenta el riesgo de exposición a través del polvo y la contaminación de alimentos.

A pesar de que las organizaciones defensoras de productos ignífugos defiendan su uso, alertan que el reciclaje de plásticos contaminados puede ser problemático. Birnbaum enfatizó que varios plásticos que pueden contener sustancias químicas peligrosas no deberían ser reciclados, lo que lleva a una preocupación sobre la proliferación de productos contaminados en la vida cotidiana.

Este estudio, publicado en la revista Chemosphere, examinó 203 productos de consumo en busca de bromo, un indicador del uso de retardantes de llama, y detectó que el riesgo de exposición es particularmente alarmante. Desde juguetes hasta utensilios de cocina, no se han realizado estudios específicos sobre el contacto de estos materiales con los alimentos en Estados Unidos, a pesar de que en otros países sí se han documentado problemas similares.

Los expertos sugieren a los consumidores que reemplacen sus utensilios de cocina de plástico por alternativas como acero inoxidable, y que eviten calentar alimentos en recipientes de plástico negro, ya que el calor puede aumentar la liberación de químicos nocivos. También aconsejan realizar limpieza regular para eliminar el polvo que pueda contener contaminantes.

La solución a largo plazo requiere un cambio en las políticas gubernamentales y corporativas hacia el uso seguro y responsable de químicos dañinos, para garantizar que el reciclaje no comprometa la salud pública. ¡Presta atención a qué productos estás utilizando y protege tu salud y la de tus seres queridos!