Finanzas

¡Impactante! El economista Niño Becerra revela la cruda realidad del futuro de la vivienda en España

2024-09-23

La vivienda se ha convertido en una de las problemáticas más significativas en España en los últimos años, generando preocupación y análisis profundo por parte de numerosos expertos. En esta ocasión, el reconocido economista Santiago Niño Becerra ha compartido su perspectiva sobre esta crisis, sugiriendo que es momento de cambiar el modelo de oferta de vivienda.

Según Becerra, la solución podría radicar en incentivar la participación del sector privado o, de lo contrario, asegurar un parque público de viviendas mucho más amplio. A través de su cuenta en X (@sninobecerra), el economista que anticipó la crisis de 2008, ha resaltado la importancia de tres pilares esenciales para la vida humana: alimentación, vestido y, por supuesto, vivienda.

"Entender que son esenciales implica reconocer su carácter básico y que los seres humanos lucharán por conseguirlos 'como sea'," ha subrayado Becerra. Está claro que en un contexto de ingresos estancados, la búsqueda de estos elementos se hace aún más urgente.

En su análisis, el economista explica que el acceso a alimentos se ha facilitado gracias a la expansión de las marcas blancas en el mercado, así como la vestimenta gracias a la oferta de marcas de bajo costo. Sin embargo, la situación de la vivienda es preocupante, ya que aquí el modelo de negocio está en la escasez, pues los gobiernos han retrocedido en la provisión de este recurso básico.

Becerra formula una afirmación contundente: "Es un absurdo social que alguien destine el 40% de sus ingresos, o más, al pago de su hogar". Esta situación no solo es insostenible, sino que se convierte en una carga económica para quienes necesitan desesperadamente un techo, forzándolos a hipotecar su existencia.

El economista enfatiza que, aunque la alimentación y la vestimenta generan beneficios para empresas y distribuidores, el sector de la vivienda enfrenta desafíos. Por la naturaleza del proceso de construcción y las garantías necesarias, la oferta no compensa adecuadamente a la iniciativa privada, a menos que se trate de viviendas de precios muy altos dirigidas a un mercado específico.

Para revertir esta situación, Becerra sugiere dos posibles soluciones: Por un lado, podría desarrollarse un proceso de automatización en la construcción de viviendas 'perfectas' que garantice costos bajos y tiempos mínimos de edificación, incentivando así la inversión privada. Por otro lado, es fundamental una mayor implicación de los organismos públicos, que deben construirse más viviendas necesarias con fondos públicos.

Esta crítica situación plantea una pregunta muy seria: ¿Estamos realmente preparados para enfrentar la crisis de la vivienda en España? La respuesta puede depender en gran medida de las decisiones que tomemos como sociedad en los próximos años.