En España, se prevé que para el año 2030, el coste total de cinco enfermedades relacionadas con la ceguera alcance la asombrosa cifra de 99.800 millones de euros. Esta alarmante cifra se detalla en el informe titulado 'Evaluación de la carga económica de la pérdida de visión y la ceguera legal irreversible en España (2021-2030)', que analiza el profundo impacto económico de la pérdida de visión severa en el país. Las enfermedades en el punto de mira son el glaucoma, la degeneración macular asociada con la edad (DMAE), la retinopatía diabética (RD), el edema macular diabético (EMD) y la miopía alta.

La participación de la Asociación Mácula Retina destaca la gravedad del problema. Jacinto Zulueta, presidente de la asociación, afirma que la ceguera provoca costos sanitarios directos pero también costes invisibles, como la necesidad de cuidados informales y adaptaciones en los hogares de aquellos afectados.

El análisis aplica un enfoque social para contabilizar el impacto total, indicando que casi un 38% de los gastos proviene de la pérdida de productividad y un 44% de costos no sanitarios. Solo un 18% corresponde a gastos sanitarios directos. ¡Impresionante!

El desafío crece con la diabetes

Lo más alarmante del estudio es que las enfermedades relacionadas con la diabetes, como la retinopatía diabética y el edema macular diabético, estarán en el centro del incremento de costos debido al envejecimiento de la población y la creciente prevalencia de estas patologías. Este escenario exige, como señala el informe, una 'urgente politización en salud pública' que respalde la prevención y tratamiento temprano de estas condiciones, no solo para mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también para contrarrestar el impacto financiero a largo plazo.

Para 2030, se estima que la población de pacientes con estas enfermedades alcanzará casi los ocho millones, un desmesurado aumento del 103%. El glaucoma y el edema macular diabético liderarán los costos, con cifras que ascienden a 33.600 millones de euros y 19.800 millones de euros, respectivamente.

Urgencia en la prevención

Este informe subraya la necesidad de implementar estrategias integrales que combinen prevención, tratamiento temprano y rehabilitación para atenuar la incidencia de la ceguera y su impacto socioeconómico. Las políticas públicas deben abordar de manera proactiva los factores de riesgo, como el control de la diabetes, y asegurar un acceso mejorado a tratamientos oftalmológicos.

Jacinto Zulueta enfatiza que la saturación de los servicios oftalmológicos por las enfermedades que afectan a la visión es un problema que se agrava. La creciente lista de espera en atención especializada podría resultar fatal, ya que un diagnóstico tardío puede exacerbar el avance de la enfermedad.

La carga emocional de la ceguera

Además del impacto económico, Zulueta destaca la 'carga emocional' que la pérdida de visión impone en los pacientes, llevando a menudo al aislamiento social y a problemas psicológicos. La inversión en tecnología asistida y programas de rehabilitación visual es crucial para mejorar la autonomía y calidad de vida de los afectados. Esto no solo les permite manejar mejor su entorno, sino también seguir participando activamente en la sociedad.

Finalmente, adaptar los entornos de trabajo para que sean accesibles resulta fundamental, permitiendo así que las personas con discapacidades visuales puedan integrarse en el mercado laboral y al mismo tiempo aliviando a aquellos que los cuidan. ¡Es hora de tomar acción y no esperar a que el problema se agrave!