El Espanyol enfrentó una dura derrota en el derbi catalán contra el FC Barcelona en Montjuïc, donde el equipo blanquiazul no pudo resistir la presión y la estrategia del rival. Bajo la dirección de Manolo González, el Espanyol mostró una falta de efectividad en el primer tiempo, lo que resultó en una desventaja de tres goles antes de que el reloj marcara el descanso.

En el segundo tiempo, el único destello de esperanza llegó de la mano de Javi Puado, quien logró marcar un gol en el minuto 63, sin embargo, este fue un oasis en un desierto de frustración. El delantero fue el único que logró burlar la defensa de Iñaki Peña, mientras el Espanyol luchaba contra una marea de decisiones del VAR. En total, dos goles fueron anulados por milimétricos fuera de juego, lo que dejó a los aficionados blanquiazules en un estado de incredulidad.

Uno de esos momentos clave ocurrió cuando Jofre Carreras casi logra marcar el 2-1, pero la revisión del VAR reveló un fuera de juego de Omar por escasos centímetros en la banda derecha, lo que desató las quejas de los jugadores y los seguidores del Espanyol. La táctica defensiva avanzada del equipo de Hansi Flick volvió a demostrarse como un arma letal, aprovechando el nuevo sistema semiautomático de detección de fuera de juego que, sin duda, influyó en el resultado del partido.

Este encuentro también pone en evidencia la necesidad del Espanyol de ajustar su estrategia y mejorar en defensa para no dejarse llevar por la presión de los grandes. A medida que avanza la temporada, la afición espera que el equipo pueda aprender de estos tropiezos y conseguir resultados más positivos frente a sus rivales.