En una declaración reveladora, el general Javier Marcos, jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), compareció este lunes en Moncloa para esclarecer la actuación de su unidad tras el devastador paso de la DANA en Valencia. Durante su discurso, Marcos dejó en claro que la UME actuó bajo las órdenes y tiempos dictados por la Generalitat Valenciana, desmintiendo así cualquier acusación que sugiera lo contrario.

"En un nivel 2 de alerta, la autoridad para dirigir la emergencia recae en la Comunidad Autónoma. Ellos son quienes deciden dónde debemos ir o no. La UME solo puede actuar cuando el director de emergencias de la Generalitat lo autoriza", enfatizó el general. Esta aclaración resulta fundamental, considerando las tensiones políticas que surgieron tras la crisis.

Desde el inicio del episodio de emergencia, el equipo de la UME se mantuvo en constante alerta, siguiendo de cerca la evolución meteorológica. "El día que comenzó la emergencia, la UME ya estaba preparada. Utilicé herramientas legales como la alerta temprana y el despliegue adelantado. Di la orden de que los 500 soldados del batallón número 3, ubicados en la base Jaime I de Valencia, estuvieran listos para actuar", explicó Marcos. Aseguró que el tiempo de respuesta fue realmente excepcional: "En cuanto la Generalitat nos dio luz verde, estuvimos en la zona de emergencia en cuestión de minutos".

Además, el general subrayó la importancia de respetar los protocolos legales en situaciones de crisis. "Aunque tengo la capacidad legal para desplegar a mis hombres, debemos esperar la autorización del mando de emergencias de la Comunidad Autónoma. Cumplir con la ley es nuestra prioridad", afirmó.

Por otro lado, Marcos mencionó que condiciones externas, especialmente meteorológicas, complicaron la intervención. "No intervenimos de inmediato debido a factores climáticos que habrían podido causar aún más caos en una situación ya difícil", advirtió.

En cuanto al despliegue de las Fuerzas Armadas, durante su intervención, reveló que actualmente hay 6.600 efectivos desplegados en las áreas afectadas y que se prevé que este número alcance los 7.800 durante la noche. Además, hay personal adicional que brinda soporte desde lejos, incluyendo 5.000 soldados del Ejército de Tierra, lo que añade una capa de apoyo crucial ante la devastación.

El general también fue consciente del impacto emocional en la población y hizo un llamado a la paciencia. "La situación es muy compleja y requiere disciplina y paciencia, aunque reconozco que es difícil en medio del dolor y la incertidumbre", subrayó, considerándose un pilar de esperanza para los afectados.

Finalmente, aseguró que no se dejaría ninguna casa atrás en las labores de rescate y ayuda, añadiendo que los soldados están dedicados incansablemente a su labor, trabajando turnos de doce horas que los dejan agobiados, pero decididos a ayudar en la recuperación de las 69 localidades afectadas. La UME y las Fuerzas Armadas continúan trabajando en un esfuerzo heroico, mostrando que la solidaridad y el compromiso con el bienestar de los ciudadanos son más fundamentales que nunca.