Hungría finaliza su controvertida presidencia europea entre elogios y críticas
2025-01-01
Autor: Marta
El final de la presidencia húngara del Consejo de la UE, que culmina el 31 de diciembre, ha traído consigo un aire tanto de alivio como de incertidumbre en Bruselas y otras capitales europeas. A pesar de los temores iniciales que rodearon el mandato, marcado por una visita unilateral del primer ministro húngaro, Víktor Orbán, a Moscú, el semestre no resultó ser tan devastador como muchos esperaban.
Desde el inicio de su presidencia, Orbán enfrentó un fuerte rechazo por parte de líderes europeos, quienes veían con preocupación cómo Hungría parecía tratar de socavar la solidaridad europea en torno a la respuesta contra Vladimir Putin. Sin embargo, al final, Budapest logró algunos avances inesperados, lo que sorprendió a muchos, incluidos críticos prominentes como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien elogió la adopción de nuevas sanciones contra Rusia y el marco para un préstamo significativo a Ucrania.
Este momento de reconocimiento estuvo marcado por la ironía, dado que Orbán es conocido por su postura prorrusa y su resistencia a las iniciativas que benefician a Ucrania. A lo largo de su presidencia, obstaculizó el desbloqueo de casi 6.600 millones de euros en ayuda militar destinada a Ucrania, lo que ha provocado inquietud en las filas europeas acerca de su compromiso con la unidad continental.
Pese a las críticas, la presidencia húngara también resultó en ciertos logros, como el avance hacia un nuevo pacto de competitividad y la decisión de Austria de levantar el veto a la entrada de Rumania y Bulgaria en el espacio Schengen, algo celebrado por muchos. Sin embargo, las cifras no son favorables: solo ocho procedimientos legislativos fueron finalizados bajo la dirección de Orbán, en stark contraste con los 69 de sus predecesores belgas y españoles. Esto ha llevado a muchos analistas a calificar su gestión como insuficiente.
Además, el ambiente de tensión entre Budapest y Bruselas se mantuvo constante. En un nuevo giro controvertido, Hungría anunció que concedía asilo político a un exviceministro polaco perseguido por corrupción, lo que provocó una reacción inmediata de las autoridades polacas y de la Comisión Europea, quienes recordaron a Orbán que este tipo de decisiones son consideradas excepcionales dentro de la UE.
La presión sobre Orbán se intensificó cuando Bruselas decidió mantener congelados unos 22.000 millones de euros en fondos europeos, señalando que Hungría no había tomado las medidas necesarias para abordar sus problemas de estado de derecho. Esta situación refleja una desconfianza mutua que ha persistido durante todo el semestre.
En un contexto más amplio, el viaje de Orbán a Moscú y su 'misión de paz' que lo llevó a otros aliados como Xi Jinping y, posteriormente, a Donald Trump, ha expuesto divisiones profundas dentro de la UE, planteando un futuro incierto sobre la cohesión europea frente a desafíos globales. Así, mientras Hungría se prepara para pasar el relevo a Polonia, el camino hacia la unidad y el consenso en Europa sigue siendo un reto complejo y lleno de obstáculos.