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Humberto Ortega Saavedra: un legado empañado y la sombra de su hermano en el ocaso

2024-09-30

El general en retiro Humberto Ortega Saavedra, de 77 años, falleció como prisionero de su propio hermano, el dictador nicaragüense Daniel Ortega. Su vida dio un giro drástico el 19 de mayo de 2024, cuando en una reveladora entrevista con Infobae, lanzó duras críticas al régimen de su hermano. En sus declaraciones, expresó su temor por su vida y denunció recibir amenazas, así como advertir sobre planes de asesinato en su contra.

Aquel mismo día, Humberto informó que su casa estaba rodeada por la Policía y que lo despojaron de sus dispositivos de comunicación, lo que lo llevó a escribir desde un celular prestado, temiendo por su seguridad. Este mensaje fue uno de sus últimos registros, ya que a partir del 20 de mayo, la Policía de Nicaragua anunció que estaba bajo atención médica, aunque nunca aclaró la razón ni la custodia que ejercía sobre él.

El 29 de septiembre de 2024, el Hospital Militar Dávila Bolaños emitió una sorprendente nota sobre la grave salud de Humberto Ortega, quien finalmente falleció en la madrugada del 30 de septiembre. Lo inquietante de su deceso es que ni en la nota sobre su muerte ni en las anteriores se hacía mención al hecho de que había estado recluido contra su voluntad desde mayo.

La repentina muerte de Humberto Ortega, casi ineludiblemente, levantó muchas preguntas sobre la dinámica del poder en Nicaragua y el papel de la policía política del régimen de Ortega. A pesar del silencio inicial, poco después se emitieron comunicados del Gobierno que intentaron recuperar su legado ante la opinión pública, resaltando su papel en la historia sandinista y su contribución a las luchas armadas.

Sin embargo, no se pueden olvidar las acusaciones que lo perseguían. Humberto fue criticado por su rol en la implementación del servicio militar obligatorio en 1983, lo que llevó a la muerte de miles de jóvenes nicaragüenses. Asimismo, se le atribuyó la responsabilidad en masacres, como la 'Navidad Roja', donde muchos indígenas fueron desplazados y asesinados por las fuerzas sandinistas en un intento de debilitar a la guerrilla antisandinista.

No menos controversiales son los conflictos familiares entre Humberto y Daniel, que comenzaron a acentuarse después de la derrota electoral de 1990 que llevó a Violeta Barrios de Chamorro al poder. A lo largo de los años, Humberto expresó su desacuerdo con muchas de las acciones de su hermano, intentando, más que criticarlo, ofrecerle asesoramiento estratégico.

Un mes antes de su muerte, su hermano lo tildó de 'traidor a la patria', lo que deja claro que las relaciones familiares estaban completamente fracturadas. En una ironía de la historia, el mismo hombre que luchó al lado de su hermano en la revolución sandinista se convirtió en su víctima más reciente.

La historia de Humberto Ortega no solo es la de un militar y político, sino la de una compleja red de traiciones y luchas por el poder dentro de una de las dictaduras más duraderas de América Latina. Su muerte abre una serie de interrogantes sobre el legado del sandinismo y el futuro de Nicaragua bajo el control del régimen actual.