La incertidumbre invadió Beirut después de la devastadora serie de ataques israelíes en el sur de la capital, que llevaron a muchos a cuestionar: «¿Está vivo Hasán Nasralá?». Las agencias de inteligencia israelíes informaron desde temprano que el líder de Hizbolá habría sido asesinado durante un ataque específico en la sede subterránea del grupo, utilizando bombas de gran potencia. Esta operación marca un hito, ya que en las últimas dos semanas, Israel ha alcanzado a los principales líderes militares de Hizbolá, efectivamente debilitando su estructura organizativa.

Las calles del sur de Beirut, tradicionalmente un bastión de Hizbolá, se han visto desoladas, con numerosos civiles evacuando hacia otros distritos, como los de la plaza de los Mártires, Hamra y Raouche, buscando refugio de los bombardeos. Este éxodo se ha acelerado tras un discurso provocador del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la ONU, seguido por una cadena de explosiones que estremecieron la ciudad.

El ataque fue considerado uno de los más devastadores en los últimos meses, lo que llevó al ejército israelí a recomendar la evacuación inmediata de la población civil debido a la inminente continuación de los bombardeos. Cientos, si no miles, de personas han abandonado sus hogares en una de las áreas más pobladas de Beirut, sumándose a la crisis humanitaria que se está intensificando en el país.

En cuanto a los daños, el último informe del Ministerio de Salud reporta al menos 6 muertos y 90 heridos. Las autoridades han solicitado a los hospitales del sur que trasladen a los heridos graves hacia instalaciones más seguras en la parte norte de la ciudad. Los equipos de rescate aún trabajan en las ruinas de edificios colapsados que, debido a la fuerza de los ataques, quedaron reducidos a escombros.

Israel, por su parte, ha señalado que intensificará sus operaciones en la región de Dahie y que lo ocurrido hasta ahora es solo el comienzo de una campaña más amplia para erradicar a Hizbolá, un grupo que ha demostrado ser un adversario formidable a lo largo de los años. La situación sigue siendo tensa, y el futuro para Beirut y sus habitantes es incierto ante los continuos ataques y la escalada del conflicto.