Debo ser sincero, en el pasado, si un teléfono llevaba un procesador de MediaTek, solía pensar: "mejor no lo compres". Históricamente, había problemas con los drivers, dificultades al actualizar, y un rendimiento inferior en el procesamiento de imágenes. MediaTek tardó en alcanzar la paridad con Qualcomm, pero en los últimos tres años, la situación ha cambiado radicalmente.

El MediaTek Dimensity 8100, diseñado para smartphones de gama media, ha demostrado ser capaz de ofrecer un rendimiento comparable al de Qualcomm.

Este año, he tenido la oportunidad de probar el MediaTek Dimensity 9400 en el exclusivo OPPO Find X8 Pro, el único terminal en Europa que lo monta. También he puesto a prueba el Snapdragon 8 Elite en otros modelos como el Realme GT7 Pro, y algunos dispositivos que pronto se anunciarán.

Más allá de los números y comparativas técnicas, quiero explicarte por qué hoy en día, la marca del procesador en tu móvil es prácticamente irrelevante.

La potencia desmesurada ya no es un requisito. Soy un firme defensor de que los móviles, sin importar su gama, deben ofrecer el mejor rendimiento posible. Sin embargo, estamos en un punto donde incluso el exceso de potencia resulta innecesario. No necesito jugar juegos de última generación en mi smartphone, lo que requiero es que funcione de manera rápida y eficiente durante su vida útil.

Al observar las comparativas de benchmarks entre el mejor MediaTek y el mejor Qualcomm, las diferencias son prácticamente inexistentes. En realidad, en términos de rendimiento sostenido, ambos son muy similares. De hecho, en capacidades de GPU, ambos superan a la serie A18 Pro de Apple presente en el iPhone 16 Pro.

En situaciones de uso real, como en aplicaciones, fotografía y multitarea, es prácticamente imposible notar diferencias significativas. La fluidez de un dispositivo depende más de la optimización del software que de la potencia bruta que proporciona el procesador.

Además, la preocupación por las actualizaciones es cosa del pasado. Con el OPPO Find X8 Pro, se ofrecen cuatro años de actualizaciones de sistema, lo cual es una cifra respetable y que incluso algunos fabricantes con procesadores Qualcomm no se atreven a igualar.

Hace unos años, optar por MediaTek era sinónimo de lentitud en las actualizaciones y falta de confianza. Hoy, eso ha cambiado.

Por otro lado, la calidad de los componentes auxiliares es crucial. Un procesador incluye más que solo la CPU; otros elementos como el ISP (procesador de imágenes), NPU, y la compatibilidad con los controladores de sonido también son esenciales para el rendimiento del dispositivo.

En la actualidad, MediaTek ha alcanzado el nivel de Qualcomm en todos estos aspectos.

A medida que el mercado evoluciona, la elección de tu próximo móvil no debe basarse únicamente en el nombre del procesador. Más bien, es esencial considerar el rendimiento general, la capacidad de actualización y la calidad de los demás componentes que componen el dispositivo. ¡No te dejes engañar por los mitos, el futuro de los smartphones es brillante, sin importar el procesador!