Esta noche, la tensión está en aumento en la casa de Gran Hermano, ya que uno de los concursantes, ya sea Daniela, Manu o Laura, abandonará el programa. El Súper ya ha dejado las maletas listas en el almacén, y Manu, rápidamente, va por la suya para empezar a empacar. ¿Quién será el desafortunado expulsado? En la última cena de nominados, Laura dejó claro que su duelo es con Daniela, apuntando que "los seguidores de Laura y Manu no se votarán entre sí". ¿Tendrá razón?

Mientras la comida se prepara, en el salón Jorge y Ruvens charlan sobre cine, aunque Ruvens parece más interesado en Óscar, quien pasa por ahí. Los dos deciden tener una conversación privada en la lavandería, donde Óscar se queja de un dolor estomacal y expresa su deseo de que cada uno tome su propio camino si así lo prefieren. Ruvens responde que la cuestión es más complicada y que parece que no logran entenderse.

El ensayo general de la coreografía ha salido a la perfección y todos están ansiosos por almorzar después de una intensa práctica. Nerea y Luis aseguran que poco a poco están dominando los pasos, mientras el grupo de baile se esfuerza mucho. La energía es contagiosa, especialmente cuando Violeta se encarga de animar a su equipo con fuerzas: "¡Vamos, Nerea, lo haces genial!".

Pero no todo es trabajo duro. Ruvens bromea sobre lo que se conoce como “el bigotillo” y se encuentra en un dilema sobre por qué Maica no le presta atención. En la prueba de baile, las complicaciones surgen, especialmente en un paso que Laura debe coordinar con Ruvens. Esto crea un ambiente tenso, pero con las correctas indicaciones, el grupo sigue ensayando.

En medio de toda esta acción, la conversación entre Óscar y Maica sobre el amor también sube de temperatura. Óscar le lanza una atrevida propuesta sobre tener una familia, pero Maica lo toma a broma. Sin embargo, Óscar insiste en que hay algo serio detrás de sus palabras, generando risas entre los demás concursantes.

Mientras tanto, en el jardín, Violeta sigue insistiendo en que Óscar aprenda sus movimientos aún cuando Luis y Nerea, aparentando estar acaramelados, continúan ensayando. La dinámica del grupo es intensa, y el ambiente de competencia se siente en el aire, ya que todos quieren lucirse en la próxima prueba.

Fuera de los ensayos, Ruvens se convierte en el centro de atención al hablar de sus películas favoritas, mientras juega a recordar frases de cine clásico. Cada pequeña interacción se suma a la dramatización que caracteriza a Gran Hermano. Todo esto se verá coronado esta noche con la esperada expulsión, que seguramente dejará a todos los concursantes y a los espectadores ansiosos por la próxima entrega del reality.

¿Quién dejará la casa y cuál será el impacto emocional en los demás? ¡No te pierdas las actualizaciones en directo y síguenos para enterarte de todo!