La reciente derrota del Gobierno en el Parlamento que llevó a la caída del decreto ómnibus ha desnudado la complicada legislatura que se avecina. Este revés ha generado un cisma entre el Gobierno y la oposición, principalmente debido a que el mencionado decreto contenía medidas cruciales para los ciudadanos, incluidas la revalorización de las pensiones, ayudas al transporte público y el salario mínimo interprofesional (SMI).

Ahora, España se enfrenta a una situación sin precedentes: el vacío legal en torno al salario mínimo. Aunque el decreto incluía la prórroga del SMI de 2024 mientras se negociaba un aumento para 2025, el Ministerio de Trabajo ha implementado de forma exprés una medida que prohíbe contratar por debajo de ese salario mínimo de 2024 hasta que se establezca uno nuevo.

En este contexto, Gonzalo Bernardos, economista y habitual comentarista en LaSexta, ha sido claro en su postura respecto al SMI. Bernardos afirmó que la Constitución española garantiza el derecho a una remuneración mínima por el trabajo, y subrayó que la actual ausencia de un salario mínimo es inaceptable, calificándolo como «una barbaridad».

Además, Bernardos indicó que en los últimos años, quienes más han visto incrementado su poder adquisitivo son aquellos que perciben el SMI, lo que a su juicio es «una muy buena medida». Sin embargo, no dudó en criticar las maniobras del Gobierno, refiriéndose a la posibilidad de que un aumento en el SMI no se traduzca en un incremento real de los ingresos debido a la aplicación del IRPF.

«De los 50 euros que les suben, de 1134 a 1184, solo se quedan en 29 si ahora pagan IRPF. Me parece una vergüenza que lo estudien», subrayó Bernardos, enfatizando que aquellos que deberían contribuir más son quienes tienen mayores ingresos, no los que ganan menos.

Con sus declaraciones, Bernardos instó al Gobierno a adoptar una política clara y decidida para mejorar la vida de las familias, sugiriendo que no puede existir una lógica de «te doy por un lado y te quito por el otro». La situación actual plantea desafíos significativos para miles de trabajadores en España, y muchos esperan que las negociaciones sobre el SMI avancen hacia una solución justo y sostenible que beneficie a los más necesitados.