González-Bueno (Sabadell): "La opa del BBVA nunca ha sido atractiva para los accionistas"
2024-09-26
Autor: Ana
César González-Bueno, consejero delegado del Banco Sabadell, ha expresado nuevamente su rechazo hacia la oferta pública de adquisición (opa) del BBVA, describiéndola como poco atractiva para los accionistas desde su inicio. En un foro de inversores en Londres, organizado por Bank of America, González-Bueno criticó no solo el precio propuesto por el BBVA, liderado por Onur Genç, sino también la falta de transparencia en el proceso.
El BBVA ha respondido a las promesas de dividendo del Sabadell incrementando el suyo en un impresionante 81%, fijándolo en 29 céntimos por acción, el mayor pago en su historia. Por otro lado, el Banco Sabadell ha prometido distribuir 2.900 millones de euros a sus accionistas en un plazo de dos años, una cifra que el ejecutivo anticipa que aumentará pronto. Como primer paso, el Sabadell pagará en octubre un dividendo de 0,08 euros por acción, casi el triple de los 0,03 euros del año pasado, marcando el mayor reparto desde 2010.
González-Bueno ha insistido en que la rentabilidad por dividendo del Sabadell es incomparable, argumentando que, desde el anuncio de la opa, las acciones del Sabadell han subido unos 12%, superando a otros bancos como CaixaBank, Bankinter y Unicaja. En contraste, el valor de las acciones del BBVA ha caído un 11%, afectado por la devaluación del peso mexicano, lo que ha reducido la prima de la opa al 4%.
Una vez que se obtengan las autorizaciones regulatorias, las miradas se dirigen a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En respuesta al comentario de Genç sobre la ausencia de problemas de competencia, González-Bueno sostiene que esta opa es incomparable con la fusión de CaixaBank y Bankia, argumentando que la oferta es hostil y más compleja. Además, considera que el enfoque del Sabadell en pequeñas y medianas empresas añade una capa de dificultad al análisis.
González-Bueno anticipa que la CNMC llevará el examen de la transacción a una fase dos, donde tomará en cuenta las opiniones de diversas asociaciones empresariales que se oponen a la opa. Si se detectan problemas de competencia, el regulador podría promover la creación de un nuevo competidor a través de medidas agresivas.