Es un mito comúnmente aceptado que la exposición al frío causa enfermedades. Sin embargo, los expertos aseguran que los resfriados y otras enfermedades respiratorias son provocadas por virus, no por las bajas temperaturas en sí. Según Sara Heili, jefa asociada del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz en Madrid, el frío puede, sin embargo, incrementar la frecuencia de estos virus durante los meses de invierno. Según el Instituto de Salud Carlos III, en diciembre de 2023, la prevalencia de enfermedades respiratorias aumentó de 523 a casi 800 casos por cada 100,000 habitantes en solo una semana, reflejando una tendencia habitual que se repite año tras año.

Los virus respiratorios encuentran en el frío un entorno propicio para su propagación. Un estudio de 2023 de investigadores de la Universidad de Harvard encontró que las bajas temperaturas debilitan la respuesta inmunológica de las vías respiratorias, facilitando así la infección. "Esto se debe a que el frío provoca inflamación en los pulmones, disminuyendo la producción de vesículas extracelulares, las cuales son cruciales para combatir infecciones", explica la doctora Heili.

Además, el frío afecta el comportamiento de virus como el coronavirus, adenovirus y el virus respiratorio sincitial, entre otros. Según José Daniel Alcázar, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Málaga, estos virus son termosensibles: "En climas fríos se reproducen más fácilmente y se vuelven más virulentos".

Los especialistas también destacan que durante el invierno tendemos a permanecer más tiempo en espacios cerrados, lo que aumenta el riesgo de contagio. La gripe, por ejemplo, puede propagarse fácilmente, ya que una persona infectada puede contagiar a otros incluso antes de mostrar síntomas y durante varios días después.

El frío no solo facilita la diseminación de virus, sino que también agrava enfermedades respiratorias crónicas como el asma y la EPOC, provocando complicaciones serias. La doctora Heili advierte que la exposición al aire frío y seco puede inducir hiperreactividad bronquial, dificultando la función respiratoria.

Importancia de la vacunación

En este contexto, la vacunación se presenta como la primera línea de defensa. Los expertos subrayan que vacunarse contra la gripe y otros virus respiratorios es vital, especialmente para las poblaciones más vulnerables como los ancianos y aquellas personas con enfermedades crónicas. Según el Observatorio de Vacunación Antigripal, un 65% de los mayores de 65 años se vacunaron en la temporada 2023-24, pero las intenciones de vacunación han disminuido en comparación al año anterior, debido a la desconfianza relacionada con la pandemia de COVID-19.

Mentalizar a la población sobre la importancia de la vacunación es esencial, dado que, según la OMS, anualmente se reportan 4 millones de muertes por infecciones respiratorias agudas.

Consejos para prevenir infecciones

Más allá de la vacunación, es crucial adoptar hábitos de prevención. Mantener un estilo de vida saludable, alimentarse adecuadamente y realizar ejercicio son prácticas recomendadas. Además, el uso de mascarillas, especialmente en situaciones de riesgo, sigue siendo eficaz para prevenir contagios, además de ayudar a mantener calientes y húmedas las vías respiratorias.

No olvidemos la importancia de ventilar los espacios cerrados y enseñar a las personas a reconocer los signos de alerta, como dificultad respiratoria o fiebre alta persistente. La educación en salud no solo debe ser en invierno, sino durante todo el año.

La llegada del frío y su impacto en la salud respiratoria son fenómenos predecibles. Entender esta relación es fundamental no solo para reducir riesgos, sino para salvar vidas todos los años durante la epidemia de frío.