¿Fracasará la Unión Bancaria Europea? El choque entre UniCredit y Commerzbank revela verdades inquietantes
2024-09-27
Autor: David
El sueño de una Unión Bancaria europea, que comenzó a gestarse en 2014 con la creación de un mecanismo único de supervisión bancaria, se encuentra lejos de concretarse. Diez años después, el reciente rechazo del Gobierno alemán al intento del banco italiano UniCredit de adquirir una parte significativa de Commerzbank pone de manifiesto las serias dificultades que enfrenta este proyecto vital para la estabilidad financiera de la región, especialmente en un contexto donde Europa debe competir con potencias como Estados Unidos y China.
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha calificado la estrategia de UniCredit, cuyo valor de mercado triplica al de Commerzbank, como un "ataque hostil". Berlín ve a Commerzbank como un aliado clave para sus pequeñas y medianas empresas, generando un clima de tensión que ha suscitado críticas desde Italia. A pesar de este rechazo, las acciones de UniCredit y Commerzbank han experimentado una subida, señalando una desconexión entre la política nacionalista y las dinámicas del mercado.
Esta controversia ocurre en un momento en que se renueva el debate sobre la urgencia de completar la Unión Bancaria. Recientemente, el ex-presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, advirtió sobre la necesidad de reactivar la titulización y establecer una jurisdicción separada para los bancos europeos con operaciones transfronterizas significativas. Sin embargo, el camino hacia la culminación de la Unión Bancaria es complejo y está lleno de obstáculos.
La estructura de la Unión Bancaria se basa en tres pilares: el mecanismo único de supervisión y el de resolución están en funcionamiento, aunque el segundo presenta un riesgo considerable, ya que su fondo actual de aproximadamente 77,000 millones de euros podría no ser suficiente en caso de una crisis severa. Este punto ha sido un impedimento clave, especialmente para Italia, que teme que su economía sufra las consecuencias de decisiones tomadas en otras naciones.
El tercer pilar, un fondo de garantía de depósitos único a nivel europeo, todavía no se ha implementado. La resistencia de Alemania a aceptar mutualizaciones del riesgo complica esta cuestión y refleja un profundo escepticismo sobre la sostenibilidad de los bancos de otros países europeos, particularmente aquellos del sur del continente.
El dilema en torno a Commerzbank y UniCredit sirve como una prueba del verdadero compromiso de los líderes europeos hacia la unión bancaria. Judit Arnal, investigadora del Instituto Elcano, sugiere que incluso si se establecieran los fundamentos de la unión, la desconfianza entre los estados miembros podría persistir.
Hasta ahora, las normativas prudenciales, más estrictas desde la crisis financiera de 2008, han disuadido a los bancos de buscar fusiones transfronterizas, limitando así el paisaje financiero a consolidaciones nacionales. Esto ha resultado en un mercado financiero más concentrado a nivel nacional sin la presencia de un potente banco paneuropeo.
El Gobierno alemán, que posee un 12% de Commerzbank, ha expressado su preocupación por las posibles pérdidas de empleo y el destino del banco en caso de que UniCredit incrementara su participación al 29,9%. La oposición alemana ha criticado no solo la operación en sí, sino también la posición defensiva de UniCredit, que ha acumulado un 21% de las acciones del banco alemán mediante una mezcla de acciones y derivados.
Si UniCredit logra completar su adquisición, marcaría un evento sin precedentes en Europa, uniendo fuerzas en medio de la incertidumbre. Sin embargo, la creciente hostilidad entre Italia y Alemania podría obstaculizar cualquier esfuerzo significativo hacia la integración del mercado y la culminación de la unión bancaria, un objetivo crucial para la estabilidad financiera futura de Europa. David Marsh, presidente de OMFIF, resalta que el camino hacia un acuerdo es posible, pero dependerá de la capacidad de ambas naciones para superar sus malas experiencias y prejuicios históricos. ¿Es este el momento decisivo para la Unión Bancaria, o nos dirigimos hacia un retroceso irreversible?