Un Gran Premio Inesperado en Canadá

El Gran Premio de Canadá se convirtió en un auténtico caos, finalizando en menos de 92 minutos gracias al coche de seguridad que estuvo presente. La carrera, que comenzó a las 20:00, estuvo marcada por la controversia. Sin embargo, el mayor escándalo llegó mucho después, a las 3:09 AM, cuando la FIA hizo públicos los resultados de sus investigaciones, y todo fue en vano.

Tolerancia Cero... ¿Para Quién?

El mismo fin de semana que la FIA aplicó una sanción severa a Yuki Tsunoda por adelantar a un vehículo dañado bajo bandera roja, se realizaron siete investigaciones sobre otros pilotos bajo el mismo contexto de seguridad. Los comisarios, que exhibieron su supuesta 'tolerancia cero', decidieron dejar pasar el tiempo, emitiendo advertencias casi cinco horas después de concluir la carrera.

Inconsistencias y Decisiones Cuestionables

Además, las decisiones tomadas son más que cuestionables. Por ejemplo, Lando Norris fue sancionado con un tiempo de 5 segundos tras un incidente con Oscar Piastri, aunque ya se había retirado de la carrera. Esta sanción, que no le afectaría en su próxima participación, parece más un intento de aparentar que se está haciendo justicia que un verdadero acto de autoridad.

Investigaciones Ridículas y Reacciones Frías

Los pilotos como Oliver Bearman, Esteban Ocon y Charles Leclerc fueron investigados por conducir erráticamente o por ignorar el procedimiento del coche de seguridad. Las imágenes eran claras, pero la tardanza de la FIA para llegar a conclusiones fue desconcertante.

Advertencias sin Consecuencias

Para colmo, la FIA decidió no sancionar a estos pilotos, alegando que no podían prever la situación en el circuito, lo que resulta en una simple advertencia. Una burla para aquellos que esperaban justicia. Fernando Alonso ya había advertido de que esto podría ser uno de esos días.

Un Repetitivo Ciclo de Injusticias

Y efectivamente, fue uno de esos días. Con diez investigaciones y sólo una sanción absurdamente leve para un piloto fuera de competición, los problemas de la FIA parecen seguir sin resolverse. Lando Norris acaba último, no por sus habilidades en la pista, sino por una ineficaz supervisión por parte de la organización.