El rey Felipe VI ha regresado al Palacio Real de Madrid este martes para ofrecer su tradicional discurso de Nochebuena, un evento muy esperado que marca la celebración navideña en España. Esta ocasión es particularmente significativa ya que es solo la segunda vez que se realiza en el majestuoso Salón de Columnas desde 2015, después de varios años emitiendo el mensaje desde el Palacio de la Zarzuela.

La intervención del monarca ha tenido una duración total, incluyendo los himnos, de 15 minutos y 9 segundos, un tiempo que correspondió a un mensaje conmovedor y lleno de esperanza en medio de tiempos difíciles. Felipe VI, elegante como siempre, lució un traje azul marino, camisa blanca y una corbata con un diseño sutil en tonos azules, que resaltaba su figura real.

El ambiente navideño estuvo presente con diversos símbolos decorativos. A su derecha se erguía un hermoso árbol de Navidad, junto al tradicional misterio que representa el nacimiento del Niño Jesús, junto a la Virgen María y San José, un recordatorio del significado profundo de estas festividades.

A la izquierda del monarca se encontraban las banderas de España y de la Unión Europea, simbolizando la unidad y la paz que se buscan en la actualidad. En la mesa de madera noble de la época de Carlos III, anuncio del patrimonio cultural, destacaba una emotiva fotografía enmarcada que rendía homenaje a las víctimas, voluntarios y miembros de las Fuerzas Armadas tras la reciente DANA, mostrando la solidaridad española en momentos de crisis. También se mostró una versión facsímil de la Constitución Española, recordando la importancia de los valores democráticos.

Previo al mensaje, durante la interpretación del himno nacional, el Palacio Real fue el protagonista con impresionantes imágenes nocturnas que reflejaban su esplendor. La fachada de la plaza de Oriente y el interior del edificio, que incluye las emblemáticas escaleras y el Salón de Columnas donde se llevó a cabo el discurso, fueron proyectadas, creando un ambiente solemne y festivo al mismo tiempo.

Sin lugar a dudas, el mensaje de Felipe VI ha dejado una huella emotiva, instando a la unidad y la esperanza en un mundo que anhela paz y bienestar en estas fechas especiales.