Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte en España, cobrando la vida de aproximadamente 120.000 personas cada año. Aunque factores como la genética pueden influir, los estilos de vida poco saludables son una de las principales razones detrás del auge de estas patologías. Los expertos insisten en que la clave para prevenirlas radica en adoptar hábitos saludables: seguir una dieta mediterránea, realizar ejercicio físico regularmente y dejar de lado el consumo de sustancias nocivas como el tabaco y el alcohol.

Increíblemente, a pesar de que actualmente las enfermedades cardiovasculares han sido superadas en tasa de mortalidad por los tumores, durante 2022 causaron un alarmante 26% de todas las muertes en el país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto representa una tasa de fallecimiento de 252,2 por cada 100.000 habitantes, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de tomar medidas más efectivas en su prevención.

El Dr. Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), revela que “el 80% de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular podrían evitarse” si se implementaran iniciativas adecuadas. Sin embargo, el Dr. Íñiguez critica la falta de medidas suficientes y el escaso apoyo institucional para maximizar la concienciación sobre estos riesgos. “Nos hemos esforzado durante las últimas décadas, pero institucionalmente no contamos con el respaldo necesario”, declara.

A pesar de algunos esfuerzos por parte del Ministerio de Sanidad para crear una estrategia nacional en contra de estas enfermedades, el Dr. Íñiguez subraya que “no hay suficiente apoyo económico.” Ha habido la formación de grupos de trabajo, sin embargo, la falta de presupuesto limita la implementación de las acciones preventivas necesarias que podrían reducir significativamente la incidencia de las enfermedades cardiovasculares.

Esto resulta aún más alarmante al considerar que se están tratando los problemas agudos de la población adulta sin una estrategia de prevención en los jóvenes. “Estamos poniendo atención en los problemas inmediatos, pero debemos enfocarnos en la promoción de la salud desde la infancia”, enfatiza el Dr. Íñiguez.

Los datos son escalofriantes: según una encuesta de la FEC, entre el 35% y el 40% de los menores de 15 años presenta al menos dos factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad y el sedentarismo. Esto sugiere que la situación es crítica y que se necesita una intervención urgente.

“Es fundamental fomentar hábitos saludables de alimentación y ejercicio físico, además de erradicar el consumo de tabaco entre los jóvenes”, aconseja el experto. “Si verdaderamente queremos reducir la aparición de estas enfermedades, es esencial abordar estos factores de riesgo desde la niñez, ya que cuando la hipertensión o la diabetes aparecen, el daño ya está hecho.”

La FEC hace un llamado a las administraciones para que refuercen sus esfuerzos y proporcionen un apoyo financiero adecuado en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. De no hacerlo, las predicciones son desalentadoras: una crisis de salud pública que podría haber sido evitada.