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Falleció Michaela DePrince, la bailarina que transformó su vida de orfanato en una carrera estelar en el ballet

2024-09-15

Michaela Mabinty DePrince, considerada una pionera en el ballet internacional, ha fallecido a los 29 años. La familia de DePrince anunció la noticia a través de su página de Instagram, describiéndola como “una inspiración inolvidable para todos los que la conocieron o escucharon su historia”. La causa de su muerte, que fue calificada de “repentina”, no ha sido divulgada.

Originaria de Kenema, Sierra Leona, DePrince vivió una infancia marcada por el sufrimiento, luego de perder a sus padres durante la guerra civil. A los tres años, fue llevada a un orfanato donde fue identificada solo con un número. “Nos llamaban del 1 al 27”, recordó, siendo el número 27 debido a su vitiligo, una condición que fue malinterpretada por quienes dirigían el orfanato como una señal de un espíritu maligno. Fueron sus padres adoptivos en Estados Unidos quienes cambiaron el rumbo de su vida al llevarla a Nueva Jersey y apoyarla en su pasión por la danza.

Desde su adopción, DePrince se destacó rápidamente en el ballet y saltó a la fama como la bailarina principal más joven del Dance Theatre of Harlem. Participó en el video musical “Lemonade” de Beyoncé, lo que la catapultó a un público más amplio y solidificó su estatus como una figura importante en la danza.

En 2021, se unió al Boston Ballet como segunda solista y se hizo activa en la promoción de la inclusión de bailarinas de color en una disciplina que a menudo ha sido criticada por su falta de diversidad. Además, como activista humanitaria, DePrince dedicó esfuerzos a ayudar a niños afectados por conflictos en todo el mundo.

Los tributos han surgido masivamente tanto de sus colegas en el ballet como de admiradores de todas partes. Misty Copeland, una renombrada bailarina estadounidense, mencionó en sus redes sociales cómo DePrince rompió barreras y desafió las normas del ballet tradicional. “Ella se mantuvo decidida y enfocada, y comenzó a dar grandes zancadas”, expresó.

El legado de Michaela DePrince trasciende su carrera como bailarina; se convirtió en símbolo de esperanza y superación personal, mostrando que aún en los momentos más oscuros, la belleza y la grandeza pueden emerger de los desafíos. Su historia continuará inspirando a futuras generaciones tanto en la danza como en la lucha por la inclusión y los derechos humanos.