El 25 de diciembre de 2023, el mundo de la música electrónica española pierde a uno de sus más grandes referentes: Eduardo Polonio. Nacido en Madrid el 5 de enero de 1941, Polonio mereció vivir apenas once días más para celebrar sus 84 años, pero su legado perdurará. Residió en Valverde del Camino, Huelva, donde dejó una profunda impronta en la escena artística local desde su llegada a finales del siglo XX.

Conocido por su peculiar estatura, su eterna sonrisa y su afición a la experimentación lúdica, Polonio tenía la capacidad de conectar la música electrónica con las generaciones más jóvenes a través de talleres creativos que desafiaban la noción tradicional de lo que es un concierto. En el Festival de Alicante, por ejemplo, presentaba actividades con hinchables donde los niños podían explorar el sonido de manera interactiva, una experiencia que fusionaba juego y arte.

Eduardo Polonio fue uno de los pioneros de la música electrónica en vivo en España. Inicialmente estudiaba ingeniería de telecomunicaciones, pero dejó esos estudios para dedicarse a la música en el Conservatorio de Madrid. A finales de los años sesenta, formó un dúo con el argentino Horacio Vaggione, creando ALEA Música Electrónica Libre, que marcó un hito en la evolución de este género en el país. Participó en eventos clave como los Encuentros de Pamplona de 1972, donde presentó obras revolucionarias como *Soledad Interrumpida*, que integraba escultura y sonido en un mismo espacio.

La trayectoria de Polonio lo llevó a Barcelona en 1976, donde se unió al laboratorio Phonos, fortaleciendo aún más su conexión con la música electroacústica. Aunque su paso no generó tanto revuelo mediático como la famosa transferencia de Figo al Real Madrid, sí representó un cambio significativo en la escena musical de la ciudad.

Desde entonces, su inquietante espíritu de colaboración se tradujo en la creación de Obert-Art Actual junto a Rafael Santamaría, y luego en la fundación de Multimedia. Polonio era conocido por su versatilidad y por generar espacios donde la colaboración entre artistas de diversas disciplinas era la norma, destacando performances icónicas como *Per a Matarho*, con el pintor Ferrán García Sevilla.

A lo largo de su carrera, Polonio cofundó la Asociación de Música Electroacústica de España, ejerció como presidente entre 1988 y 1994, y fue galardonado internacionalmente, obteniendo el prestigioso Magisterium del Gran Premio Internacional de Música Electroacústica de Bourges. Su impacto fue aún más fuerte cuando se mudó a Huelva en 1996, donde fundó Creación Musical y Nuevas Tecnologías, además de un estudio de música electroacústica llamado Diáfano.

En el año 2000, su visibilidad aumentó con el ciclo Confluencias, que exploraba el arte y la tecnología en el umbral del nuevo milenio, y en 2006 lanzó el Congreso Internacional de Música y Tecnologías Contemporáneas en la Universidad de Sevilla, una plataforma que atrajo a artistas y pensadores de todo el mundo.

Polonio dejó tras de sí un vasto legado de obras y producciones que abarcan varias décadas, así como una rica colección de publicaciones, resaltando su reciente libro-disco *Del serialismo al multimedia*, que conmemora su aporte al mundo musical. Su muerte no solo marca el final de una era, sino que también invita a reflexionar sobre la evolución de la música electrónica en España y la importancia de su figura en la historia del arte contemporáneo.