Una ola de explosiones provocadas por walkie-talkies en Líbano ha resultado en al menos 20 muertos y más de 450 heridos, según el Ministerio de Salud del país. Este trágico suceso ocurrió un día después de que miles de beepers empleados por el grupo armado Hezbolá estallaran, causando alrededor de 3,000 heridos y más de una decena de muertos. El gobierno libanés y Hezbolá han culpado a Israel por estos ataques, mientras que fuentes de gobiernos occidentales sostienen que los israelíes instalaron explosivos en los dispositivos antes de que fueran entregados a Hezbolá.

Las explosiones se produjeron mientras Israel movilizaba una división de su ejército hacia la frontera norte con Líbano, indicando que la guerra ha entrado en una 'nueva fase' según el ministro de Defensa de Israel. Las últimas explosiones afectaron principalmente a radios portátiles, conocido como walkie-talkies, las cuales Hezbolá había adquirido hace cinco meses.

La mayoría de las víctimas sufrieron lesiones faciales y en las manos, y la doctora Nour El Osta, de un hospital en Beirut, comentó sobre la gravedad de las heridas, mencionando que 'todos los pacientes han perdido dedos o tienen daños en los ojos'. Ante esta crisis, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su profundo alarmante sobre la situación.

Hezbolá, vinculado a Irán, ha prometido que Israel pagará un 'precio justo' por lo sucedido, mientras que el gobierno israelí no ha emitido comentarios específicos sobre los incidentes. Desde que Hamas realizó un ataque sorpresivo contra Israel el 7 de octubre, desencadenando una nueva guerra en Gaza, el conflicto se ha ampliado hacia el norte con intercambios de fuego entre las fuerzas israelíes y Hezbolá.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunció que la guerra está entrando en una nueva etapa que requiere de 'coraje, determinación y perseverancia'. Mientras tanto, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que los residentes del norte de Israel podrán regresar a sus hogares de manera segura, a pesar de los ataques de Hezbolá que han forzado la evacuación de más de 60,000 israelíes de las áreas cercanas a la frontera.

Las tensiones han llevado a una atmósfera de caos no solo en las áreas de conflicto, sino también en las comunicaciones; en algunos suburbios de Beirut, la gente desconfía de los teléfonos y otros dispositivos electrónicos por miedo a nuevas explosiones. Los recientes incidentes han hecho que la capacidad de comunicación de Hezbolá se vea severamente afectada, lo que podría disminuir su capacidad para llevar a cabo ataques futuros.

El análisis de la situación sugiere que estos ataques pueden haber sido parte de una estrategia deliberada de Israel para desmantelar la infraestructura de comunicación de Hezbolá, lo que complicaría sus operaciones y reduciría significativamente su capacidad de respuesta.