Expertos piden una revolución en el concepto de obesidad: “El cambio es imperativo”
2025-01-15
Autor: Antonio
La obesidad: un problema creciente
La obesidad, una de las enfermedades más apremiantes del futuro, está siendo estudiada con una perspectiva obsoleta. Según proyecciones de Naciones Unidas, en 2030 habrá más de 1.200 millones de adultos obesos en el mundo, 200 millones más que en la actualidad. Este alarmante aumento se fundamenta en el uso del índice de masa corporal (IMC), una fórmula matemática del siglo XIX que ya no se ajusta a las realidades actuales de la salud. La noción de definir la obesidad como una enfermedad dicotómica, ya sea ‘obeso’ o ‘no obeso’, ha sido cuestionada por expertos que afirman que esta condición se presenta en una escala de grises.
Un llamado a redefinir la obesidad
Un comité global, apoyado por más de 75 organizaciones médicas, ha emitido un informe en la revista científica The Lancet Diabetes & Endocrinology que insta a redefinir la obesidad. “Necesitamos un cambio radical. Hemos llegado a un punto muerto”, afirma el profesor Francesco Rubino, presidente del comité y especialista en endocrinología en el King’s College de Londres. Según Rubino, la definición actual de obesidad no permite discernir quién necesita tratamiento urgentemente y quién puede esperar, lo que tiene implicaciones graves para la clínica y las políticas de salud pública.
Nuevas categorías para entender la obesidad
El informe sugiere la creación de dos nuevas subcategorías: obesos clínicos, aquellos cuya salud se ve comprometida por la obesidad; y obesos preclínicos, que no muestran alteraciones en su salud en este momento y cuya condición debe considerarse más bien como un factor de riesgo que como una enfermedad. Aunque esta propuesta ha sido recibida con escepticismo por algunas voces dentro de la comunidad científica, quienes sostienen que la obesidad es una enfermedad que empeora si no se trata a tiempo, como es el caso de la prediabetes.
Defendiendo la nueva perspectiva
Rubino responde a las críticas argumentando que provienen de quienes han luchado por el reconocimiento de la obesidad como enfermedad. “Estamos en una constante defensa que a veces distorsiona la realidad”, señala. Así, el profesor defiende que la obesidad preclínica debe ser considerada como un problema, pero que no todos los problemas pueden ser clasificados como enfermedades.
La crítica al IMC
Un aspecto crucial del debate gira en torno al IMC, una cifra que se obtiene dividiendo el peso por la altura al cuadrado. Si el resultado supera 25 se clasifica como sobrepeso, y si es superior a 30, como obesidad. Rubino critica que este índice no considera factores como la composición corporal, lo que puede llevar a malinterpretaciones, especialmente en contextos deportivos. Por ejemplo, en la NFL, el 97% de los jugadores tendría un IMC que indicaría sobrepeso, mientras que la mayoría tiene un porcentaje de grasa corporal relativamente bajo.
Propuestas para mejorar el diagnóstico
La propuesta del comité incluye combinar el IMC con medidas de grasa corporal más precisas, como la circunferencia de la cintura o la medición directa del porcentaje de grasa, además de incorporar hasta 18 criterios diferentes para realizar un diagnóstico más diferenciado. Esto busca no solo mejorar la precisión del diagnóstico, sino también eliminar injusticias en el acceso a tratamientos médicos, que actualmente dependen en gran medida de esta métrica.
La opinión de los expertos
La doctora Olga González Albarrán, experta en endocrinología, apoya estos cambios y destaca que el diagnóstico adecuado de la obesidad podría tener un impacto significativo en la formulación de políticas sanitarias. “Estamos sobrestimando la obesidad globalmente”, explica, aludiendo a la importancia de una medición más holística que incluya el análisis de los síntomas y signos asociados a la enfermedad.
Un futuro incierto pero necesario
La discusión sobre el futuro de la obesidad y su clasificación continúa, y es evidente que se necesita un enfoque renovado y más considerado hacia esta condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. ¿Estamos listos para aceptar este cambio radical en nuestra conceptualización de la obesidad?