Tecnología

¿Estamos poniendo nuestras vidas en manos del GPS? La tragedia en Cantabria nos hace reflexionar

2025-03-23

Autor: Laura

La reciente tragedia que acabó con la vida de cuatro jóvenes madrileños en el puerto de Lunada, Cantabria, ha desatado un importante debate sobre la confianza que depositamos en los dispositivos de navegación como el GPS. Este trágico accidente ocurrió mientras los jóvenes se dirigían a pasar un fin de semana en una casa rural. El GPS les había indicado una ruta que, aunque era la más corta, resultó ser peligrosa debido a las condiciones climáticas adversas: una carretera sin quitamiedos que, a pesar de la nieve, seguía abierta para la circulación. Evidentemente, la decisión del GPS de no advertirles del riesgo fatal que les esperaba ha generado gran preocupación.

Los residentes de Soba, donde se produjo el accidente, recordaron que otro vehículo había caído por el mismo lugar el año anterior. Esto plantea serias preguntas sobre la fiabilidad de las rutas que ofrecen estos dispositivos. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha afirmado que es habitual que muchos conductores confíen ciegamente en la tecnología, sin realizar un análisis previo de la ruta, lo cual es especialmente crítico en situaciones meteorológicas complicadas.

El auge de aplicaciones gratuitas como Google Maps y Waze ha reemplazado en gran medida a los tradicionales navegadores de GPS. Sin embargo, estos sistemas continúan presentando limitaciones. En diversas ocasiones, durante desastres naturales, estas aplicaciones han sugerido rutas que atraviesan zonas inundadas, lo que demuestra que la información que reciben no siempre es precisa o actualizada.

Como bien señala Mar Cogollos de Aesleme, el uso descuidado del GPS puede llevar a conductores inexpertos a situaciones peligrosas y, en ciertos casos, a perderse en calles de ciudades por confiar demasiado en la tecnología. Esto es alarmante, ya que genera una falsa sensación de seguridad que podría ser letal. Se estima que un 97% de los españoles utilizan aplicaciones de movilidad, comparado con un 83% en el resto de Europa, lo que sugiere que el fenómeno está muy arraigado en nuestra cultura de conducción.

Expertos sugieren que la industria de la navegación debe priorizar la seguridad vial en sus algoritmos, más allá de la eficiencia energética o la reducción de costos. La voz de alerta es clara: aunque estemos inmersos en una revolución tecnológica, nuestras habilidades intuitivas como conductores siguen siendo esenciales y, en muchas ocasiones, son más fiables que los propios navegadores. En este sentido, es fundamental que los usuarios evalúen las condiciones antes de seguir ciegamente las instrucciones del GPS.

A medida que continuamos confiando en la tecnología, es vital recordar que nuestra seguridad no debe ser comprometida. Reflexionemos: ¿realmente estamos preparados para dejar nuestra vida en manos del GPS?