A finales de 1898, cuando Theodore Roosevelt se postuló para gobernador del estado de Nueva York, la comunidad judía organizó una campaña a su favor, editando panfletos en yiddish.

Su participación en la guerra de Cuba contra España fue muy valorada, ya que fue interpretada como un acto de venganza por la expulsión de los judíos en 1492.

Roosevelt se destacó por su activismo en contra de la discriminación de los judíos en Nueva York y los pogromos que sufrían en Rusia.

En 1918, ya como presidente, tras la Declaración Balfour, afirmó que era "del todo correcto construir un estado sionista alrededor de Jerusalén, ya que solo puede haber paz si se les da Palestina a los judíos".

Es fundamental señalar que Roosevelt no fue el primer político estadounidense en mostrar su apoyo hacia la comunidad judía; otros líderes como Woodrow Wilson y Harry Truman también jugaron roles significativos en la historia del sionismo.

Su postura ha tenido un impacto duradero en las relaciones entre Estados Unidos e Israel, creando un vínculo sólido que se ha mantenido a lo largo de los años y que sigue siendo relevante en la política internacional actual.