El Gobierno de España se muestra optimista, destacando el dinamismo de la economía nacional tras las recientes revisiones al alza de las proyecciones de crecimiento por parte de organismos tanto nacionales como internacionales. El Banco de España, bajo la dirección de José Luis Escrivá, ha elevado en medio punto sus expectativas de crecimiento para este año, pronosticando un aumento del PIB del 2,8%. Esta cifra supera las previsiones iniciales del Gobierno y coincide con las estimaciones de la OCDE, que también augura un crecimiento del 2,8% para 2024.

¿Un crecimiento como el de un cohete?

De acuerdo con la OCDE, el crecimiento proyectado para España está muy por encima de la media esperada para la eurozona. Mientras que España presenta una proyección de crecimiento del 2,8%, se estima que la eurozona crecerá apenas un 0,7% en 2024 y un 1,3% en 2025. Estos datos sitúan a España como "el motor de Europa". Sin embargo, es importante profundizar en qué hay detrás de estas cifras.

La cara y la cruz

El economista Bernardo de Quirós advierte que aunque las previsiones positivas son una buena señal, hay que analizar más a fondo la situación económica de España. A pesar del crecimiento, el país presenta un "índice de miseria" un 60% más alto que la media comunitaria, lo que lo convierte en el más elevado de la Unión Europea. Este índice se calcula combinando datos de desempleo e inflación. Además, el PIB per cápita español tiene una brecha del 12% en relación a la media de la UE y del 16% respecto a la eurozona, con España ocupando el puesto 20 de 27 en PIB per cápita. Estos factores evidencian que países como Malta, Chipre y Eslovenia han superado a España en el desarrollo económico en los últimos años.

El riesgo de pobreza en España es alarmante, con un 26,8% de la población enfrentando esta situación —cerca de 17 millones de españoles—, superando en cinco puntos a la media europea. Solo Rumanía y Bulgaria presentan cifras más preocupantes. En términos de carencia material severa, que indica la incapacidad de acceder a bienes y servicios básicos, España se encuentra en un 9%, también la cifra más alta de la Unión.

Por otro lado, el economista Ángel Talavera señala que aunque los datos que presenta Quirós son correctos, la alta tasa de desempleo en España es un problema que ha persistido durante tres décadas. Según Talavera, para reducir la brecha económica con el resto de Europa, la única solución es crecer a un ritmo más rápido que otros países europeos. A pesar de que el crecimiento proyectado es una buena noticia, no debe hacernos olvidar los problemas estructurales que aún enfrenta la economía española.

Deberes pendientes

Uno de los grandes retos que señala Quirós es el déficit, puesto que hasta 2026 se estima que España no cumplirá con las reglas fiscales establecidas. Explica que se prevé que el déficit supere el 3% y que para lograr reducirlo en una décima, el país necesitaría hacer un ajuste anual equivalente al 0,5% del PIB. Esta situación es alarmante, ya que la evolución de la deuda española sigue estando entre las más altas de la Unión Europea.

A pesar del optimismo del Gobierno, queda claro que España necesita abordar urgentemente estos desafíos para asegurar un crecimiento sostenible y equilibrado en el futuro.