En una sorprendente y violenta retórica, el ex presidente Donald Trump, quien busca nuevamente la Casa Blanca, criticó a la ex congresista republicana Liz Cheney durante una reciente entrevista con Tucker Carlson en Glendale, Arizona. Trump no escatimó palabras al calificar a Cheney como "una persona muy tonta" y "halcón de guerra radical". Lo más impactante fue su declaración sobre ponerla "de pie con un rifle y nueve cañones disparándole" para ver cómo se siente, aludiendo a su postura en política exterior.

Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, ha estado en el centro de la polémica por su decisión de respaldar a la vicepresidenta Kamala Harris, lo que no ha sentado bien entre muchos en el Partido Republicano. Trump, frente a un gran público, criticó a aquellos en Washington que apoyan el envío de tropas al extranjero, argumentando que son los primeros en querer ir a la guerra mientras se encuentran cómodamente sentados en sus oficinas.

La respuesta de Cheney no tardó en llegar. En las redes sociales, acusó a Trump de seguir el camino de los dictadores que destruyen naciones libres, una acusación grave que resuena en un momento en que la retórica elevada se ha vuelto común entre políticos de diferentes orillas.

Lo que es aún más alarmante es el estado actual de la política en Estados Unidos, donde la retórica de Trump se ha vuelto cada vez más amenazante, recordando a muchos su papel en los disturbios del Capitolio el 6 de enero de 2021. En el pasado, Trump ha calificado a Cheney y a otros críticos de ser "enemigos internos" que deben ser enfrentados, sugiriendo una división profunda en el partido que podría tener graves implicaciones para la política estadounidense en su conjunto.

La portavoz de Trump, Karoline Leavitt, defendió su retórica, afirmando que aquellos que inician guerras y envían tropas a combate son generalmente los que no han tenido que enfrentar el peligro ellos mismos, desdeñando el historial de Trump en el servicio militar, quien fue eximido durante la guerra de Vietnam.

Además del ataque a Cheney, Trump utilizó el mismo evento para criticar a otros republicanos, como el ex asesor de seguridad nacional John Bolton, a quien les llamó "loco" e "idiota". Este tipo de comentarios refleja una tendencia en la que Trump parece más centrado en fortalecer su base de apoyo que en atraer a votantes independientes, algo que podría definir su campaña futura.