El equipo legal de Juana Rivas ha anunciado a través de un comunicado que el pasado miércoles, 15 de enero, interpusieron una nueva denuncia contra Francesco Arcuri por violencia de género y acoso telefónico. Según la denuncia, Arcuri ha realizado más de 90 llamadas no atendidas desde el 22 de diciembre. Lo alarmante es que, a pesar de la claridad de la situación, expuesta en medios de comunicación y en conversaciones entre los equipos jurídicos, el exmarido continúa insistiendo en comunicarse.

La denuncia menciona que Francesco Arcuri no es un extraño a los problemas legales, ya que tiene antecedentes penales en España. Se argumenta que estos 90 intentos de contacto en solo 23 días no son simples llamadas, sino parte de un patrón más amplio de violencia de género habitual y violencia vicaria sistemática que busca someter a Juana y a sus dos hijos.

Las repercusiones psicológicas que estas llamadas generan en Juana son devastadoras, obligándola a abandonar su hogar y a evitar reuniones familiares durante las festividades navideñas. A pesar de que no existe una orden de restricción formal que prohíba la comunicación, el estado de ansiedad y temor que siente es suficiente para justificar su acción legal.

Este caso ha resurgido el interés por la violencia de género en España, un tema crítico que requiere atención. Según datos recientes, las denuncias por violencia de género han aumentado en el país, evidenciando que muchas mujeres siguen enfrentando situaciones similares. La valentía de Juana Rivas al alzar la voz podría inspirar a otras mujeres a hacer lo mismo y buscar ayuda en circunstancias difíciles. ¿Serán estas palabras la chispa que encienda el debate sobre la violencia de género en nuestra sociedad?