La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha confirmado que uno de sus empleados, un alto comandante de Hamas, fue asesinado en un ataque aéreo israelí en Líbano. Este hecho ha desatado una tormenta de críticas y cuestionamientos sobre la efectividad y la transparencia de la UNRWA.

Fatah Sharif, el comandante en cuestión, había sido suspendido desde marzo tras ser acusado de tener vínculos con la milicia palestina. Sin embargo, esta circunstancia no ha mitigado la creciente presión sobre la agencia, que enfrenta un déficit de financiamiento de 80 millones de dólares en este año. La UNRWA está bajo el escrutinio del organismo de control interno de la ONU, que investiga las alegaciones de que varios de sus empleados estuvieron involucrados en el ataque perpetrado el 7 de octubre por Hamas, que dejó más de 1,200 muertos y aproximadamente 250 secuestrados.

La revelación sobre Sharif ha llevado a más de una docena de países, incluidos importantes donantes, a suspender sus contribuciones, generando una crisis de liquidez inicial de unos 450 millones de dólares. No obstante, la mayoría de estos países han decidido reanudar sus financiamientos, excepto Estados Unidos, que todavía se encuentra evaluando su posición.

Según Hamas, el ataque aéreo que resultó en la muerte de Sharif y su familia se llevó a cabo en el campo de refugiados de Al-Buss, situado en la ciudad portuaria de Tiro, en el sur de Líbano. Por su parte, el ejército israelí confirmó que tenía como objetivo a Sharif, quien, a pesar de su conexión con Hamas, no había declarado públicamente su afiliación con el grupo.

Israel ha utilizado esta situación para incrementar las críticas hacia la UNRWA, argumentando que la organización está infiltrada por Hamas. La misión diplomática de Israel en Ginebra publicó en X que la UNRWA tiene un "profundo problema" en la forma en que contratan personal, haciendo hincapié en la supuesta relación de Sharif con la educación en la agencia.

Philippe Lazzarini, Comisionado General de la UNRWA, defendió a su organización, asegurando que el proceso de suspensión de Sharif se inició inmediatamente tras recibir las acusaciones. Lazzarini subrayó que no fue hasta el lunes que se enteró de la gravedad de los vínculos de Sharif con Hamas, afirmando que el empleado estaba bajo investigación, sin sueldo y sin funciones durante toda la indagación.

Hamás, por su parte, ha elogiado a Sharif, describiéndolo como un "profesor de éxito y destacado director" que contribuyó significativamente a la educación de generaciones de refugiados palestinos. Su suspensión ha provocado numerosas protestas del sindicato de profesores de la UNRWA y otros grupos palestinos, quienes acusan a la agencia de actuar bajo presiones políticas.

En este contexto tenso, es importante recordar que el papel de la UNRWA es crucial para la existencia y bienestar de millones de refugiados palestinos, quienes dependen de sus servicios. Sin embargo, el dilema de la financiación y las acusaciones de infiltración están poniendo en riesgo no solo la estabilidad de la agencia, sino también la vida y el futuro de muchas personas vulnerables en la región.