La Universidad del País Vasco ha tomado una drástica decisión: el despido de un profesor apenas una semana después de su contratación. Esta situación se desató tras un escándalo donde el docente fue objeto de un fuerte señalamiento en su oficina, la cual apareció vandalizada con pintura roja y llenada de insultos. Los estudiantes, indignados por mensajes homófobos y machistas que el profesor había publicado en sus redes sociales, decidieron actuar para impedir que continuara con sus clases.

Todo culminó cuando, un día después de las protestas, un grupo de personas bloqueó la entrada al aula, manteniendo al docente en su interior contra su voluntad durante más de dos horas, acompañado del personal de la universidad. La situación se tornó tan tensa que tuvo que ser escoltado por las Fuerzas de Seguridad para asegurar su salida.

Los mensajes atribuidos al profesor son preocupantes: advertía a las mujeres sobre 'consecuencias' al encontrar cualquier 'mancha' en un plato o vaso y hacía comentarios denigrantes sobre la comunidad LGTB en el contexto de Irán. Esta serie de publicaciones llevó a la rectoría de la universidad a iniciar un procedimiento bajo el protocolo contra las Violencias de Género. Como medida cautelar, se decidió separarlo de su puesto de inmediato.

La universidad se comprometió a resolver el expediente lo más pronto posible. Hoy, en un comunicado oficial, la UPV ha confirmado el despido del profesor, generando un amplio consenso entre el alumnado, quien expresó su rechazo hacia su presencia en las aulas. Aitor Zurimendi, secretario general de la universidad, afirmó que 'hay unanimidad entre los estudiantes en que no desean que este individuo les imparta clases'.

Este caso ha abierto un debate importante en la comunidad educativa sobre la tolerancia en las instituciones y la responsabilidad de los educadores, lo que ha llevado a muchas universidades a reevaluar sus protocolos de contratación y seguimiento de sus docentes.