Una encuesta realizada por el grupo de investigación Gureiker de la Universidad del País Vasco (UPV) revela cifras alarmantes: ¡la mitad de los científicos en España son acosados o insultados tras sus apariciones en medios de comunicación! Este fenómeno se ha vuelto especialmente pronunciado en la red social X, donde imperan insultos y cuestionamientos sobre la profesionalidad e integridad de los investigadores. Los temas más polémicos que generan reacciones de odio incluyen el Covid-19 y el cambio climático, lo que pone de manifiesto la tensión entre la ciencia y la opinión pública.

La encuesta, que se inspira en estudios previos de dos revistas científicas de renombre, 'Nature' y 'Science', destaca las experiencias negativas de los investigadores, sobre todo durante la pandemia. Pampa García Molina, coordinadora de la organización, menciona que estas experiencias son cruciales para combatir la desinformación y subraya la necesidad de que las fuentes expertas sean incluidas en la elaboración de noticias.

Se recogieron 237 encuestas entre junio y julio de este año, lo que representa el 17% de los expertos registrados en la base de datos del SMC España. La mayoría de los encuestados son académicos con más de 20 años de experiencia, y se observa una paridad entre hombres y mujeres, aunque son los especialistas en biomedicina y ciencias medioambientales los que más destacan. Maider Eizmendi Iraola, directora del estudio, señala que aquellos que abordan temas como Covid, vacunas y cambio climático son los que más malestar han sufrido.

A pesar de estos ataques, más del 80% de los científicos tiene una percepción positiva acerca de su participación en medios, valorando la oportunidad de dar visibilidad a su trabajo y comunicar su mensaje, aunque temen que este sea tergiversado. Prefieren los medios informativos a las tertulias de opinión y, sorprendentemente, un 30% utiliza X diariamente, superando a otras plataformas como Facebook o YouTube.

Es importante destacar que las mujeres científicas son las más afectadas, experimentando un mayor número de ataques y comentarios negativos. Según Eizmendi, esto se debe a estereotipos de género que llevan a que a las mujeres se les critique su aspecto físico y se cuestionen sus habilidades profesionales, mientras que a los hombres se les ataca su integridad profesional, acusándolos de manipular datos.

Los efectos de estos ataques anónimos son preocupantes: a pesar de que casi un cuarto de los científicos asegura que no les ha afectado, un número significativo reporta ansiedad, inseguridad personal y otros problemas psicológicos, especialmente entre las mujeres. Para lidiar con esta situación, muchos optan por medidas como bloquear cuentas, reportar abusos o limitar la visibilidad de sus perfiles. Sorprendentemente, un 16,5% de los encuestados ha decidido dejar de compartir su trabajo en medios, y pocos recurren a su empleador en busca de soporte, lo que refleja la creciente carga emocional que esto conlleva.

Para abordar este alarmante problema, los encuestados han solicitado a las instituciones más formación sobre comunicación científica, mejores mecanismos de protección y una mayor implicación en la reducción de estas situaciones de acoso. ¡La ciencia merece respeto y protección! Es crucial que se tomen medidas para que los investigadores puedan llevar a cabo su labor sin temor a represalias ni ataques personales.