En un giro impactante de los acontecimientos, la Generalitat Valenciana ha estado en el ojo del huracán tras el devastador episodio de DANA, donde muchos intentan cargar la culpa sobre la vicepresidenta Teresa Ribera y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). A medida que las críticas aumentan, la oposición, encabezada por el Partido Popular (PP), acusa al organismo de no haber enviado las alertas oportunas que podrían haber salvado vidas. Pero, ¡sorpresa! Se han desenterrado pruebas que echan por tierra estas afirmaciones.

El PP ha sostenido que entre las 16:13 y las 18:43 del 29 de octubre no hubo comunicación alguna, pese a un aumento alarmante del caudal del barranco del Poyo. Sin embargo, mediante investigaciones recientes de elDiario.es, se ha demostrado que la CHJ envió al menos dos correos electrónicos críticos a Protección Civil y otros organismos en esa franja horaria, advirtiendo sobre la peligrosa acumulación de lluvia en Chiva, donde las lluvias se dispararon.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha repetido insistentemente su teoría del ‘apagón informativo’, mientras las evidencias apuntan a que una alerta fue emitida por la Generalitat horas antes, a las 12:20. Esto indica que no se puede cargar la responsabilidad únicamente en el departamento de Ribera,

En este contexto, Esteban González Pons, vicesecretario del PP, ha ido más allá, en un intento de desprestigiar a la ministra asegurando que ha mentido al Parlamento Europeo. A pesar de esto, la CHJ se encuentra operando con datos en tiempo real, manteniendo informados a los ciudadanos a través de su sitio web. Además, durante toda la jornada, el Centro de Coordinación de Emergencias ya había emitido varias alertas, subrayando que la información sobre los caudales estaba en constante actualización.

Los correos en cuestión, con el asunto “Aviso de alarma”, fueron enviados a las 16:37 y a las 16:50, indicando claramente la creciente preocupación por las lluvias en Chiva. Los datos muestran que, antes de esos correos, se habían registrado precipitaciones que superaban los límites establecidos, alertando a todas las partes involucradas.

Finalmente, la situación derivó en una tragedia cuando el barranco del Poyo colapsó después de la caída de agua masiva. Las consecuencias fueron devastadoras, afectando a numerosos municipios en el Horta Sud. A pesar de las múltiples alertas y comunicaciones, el delegado xxxxxxxx continuó minimizando el riesgo y no movilizó adecuadamente los recursos necesarios.

La culpa de la tragedia recae sobre múltiples instancias, pero los intentos del PP de desviar la responsabilidad hacia la CHJ y el gobierno central parecen más una estrategia política que una búsqueda de justicia. La pregunta queda en el aire: ¿Quién asumirá verdaderamente la responsabilidad por lo sucedido?