El clima en torno al FC Barcelona se calienta tras los recientes acontecimientos relacionados con la inscricpción de Dani Olmo. El exfutbolista Santi Cañizares no ha dudado en alzar la voz contra Joan Laporta y la Junta Directiva del club catalán, especialmente después de que LaLiga informara que no se había recibido la documentación necesaria para formalizar la inscripción de Olmo y Pau Víctor para la segunda parte de la temporada. ¡Una jugada que ha dejado a todos boquiabiertos!

En su participación en el programa 'Despierta San Francisco' de Radio Marca, Cañizares calificó la situación como "gravísima", destacando que se trata de una inversión de 50 millones de euros y que, tras la ausencia de documentación, el jugador podría marcharse libre. "Se habían acostumbrado a burlar las normas de LaLiga, que ahora se ha puesto seria. Lo que no podía permitir a los demás, tampoco podía dejarlo pasar con el Barça", afirmó el exguardameta.

Además, Cañizares destacó la responsabilidad de LaLiga en este embrollo: "Si al Barça le sale bien, se habría desmontado el chiringuito del control financiero de LaLiga. Menos mal que el juzgado ha fallado a favor de LaLiga, de lo contrario habría sido un desastre". Este comentario pone de relieve el delicado equilibrio que mantiene LaLiga en su intento de asegurar la integridad financiera de todos sus clubes.

El exjugador también afirmó que los socios del Barcelona deben evaluar a quién culpar por esta crisis que ha dejado a uno de los mejores jugadores fuera de la plantilla. "Laporta ha perdido toda la credibilidad. Antes te contaba una fábula y tú se la creías porque no conocías sus cuentas. Ahora ya no tiene a Mateo Alemany, su mejor respaldador en operaciones financieras".

Recordando el pasado, Cañizares hace eco de lo que sucedió en 1995, cuando muchos clubes tuvieron que adaptarse a la ley de sociedades anónimas deportivas, un cambio que transformó el panorama del fútbol español. La situación actual deja entrever un futuro incierto para los culés, que enfrentan no solo problemas financieros, sino también una crisis de confianza entre sus aficionados. ¿Podrá Laporta recuperar la credibilidad perdida? La afición espera respuestas, mientras el tiempo corre en su contra.