El 29 de octubre, Emilio Argüeso, secretario autonómico de Emergencias, lanzó una alerta crítica a las 14:44 horas a la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, advirtiendo sobre el inminente colapso de los barrancos. Esto se reveló en un informe pericial relacionado con la devastadora Dana que azota la Ribera.

Argüeso se encontraba en Carlet, monitoreando la delicada situación acompañando a la consellera Pradas. Sin embargo, veintiséis minutos después, su atención se desvió hacia una publicación en redes sociales de una alcaldesa socialista, quien criticaba la inacción de la Generalitat para ayudar a los pueblos afectados. Desde el perfil del PSPV-PSOE Ribera Alta se denunciaba: "La Generalitat Valenciana olvida a los pueblos afectados por la dana".

Ante esta notoria queja, Argüeso cuestionó al subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, sobre la hora de envío de la alerta, justo cuando diversas localidades ya se encontraban inundadas, incluyendo Utiel, y tras el paso de siete tornados.

Suárez le respondió que la alerta había sido emitida alrededor de las 12:00 horas. Aun así, Argüeso necesitaba respuestas y se interesó por el mensaje crítico que había compartido la alcaldesa de la Pobla Llarga, quien había expresado: "¡Así es!"

La respuesta de Suárez fue aún más desconcertante: estaba en medio de una intervención en TV, donde comunicaba que la situación se estaba volviendo más grave y que la situación 2 había sido declarada en Utiel-Requena.

Con la creación de un puesto de mando avanzado en l'Eliana, la advertencia sobre el riesgo de lluvias en las cabeceras de los ríos y la atención urgente a barrancos como el del Poyo se tornaba crucial. La presión era máxima, y el tiempo corría en contra.

La situación se convertía en un verdadero desafío para las autoridades, quienes debían actuar rápidamente para mitigar los efectos devastadores de este fenómeno climático.