Elecciones en EE.UU.: Kamala Harris sufre una amarga derrota en el voto popular y su impacto en el Partido Demócrata
2024-11-06
Autor: Carmen
Era la medianoche en Washington cuando Cedric Richmond, copresidente de la campaña de Kamala Harris, subió al escenario en el jardín central de la Universidad de Howard y declaró: "Aún hay votos por contar; todavía hay estados sin ganador. Estaremos aquí hasta que cada voto sea contabilizado. La vicepresidenta hablará mañana, no esta noche. Gracias por estar aquí. Creemos en ustedes. ¡Adelante Universidad de Howard y adelante Harris!"
Sin embargo, lo que todos esperaban como un paseo triunfal se tornado en una serie de reveses. Kamala Harris había perdido las elecciones frente a Donald Trump, un hecho que resonó como un eco de la elección de 2016, cuando Hillary Clinton también fue derrotada. En aquella ocasión, John Podesta trató de brindar esperanza, pero esta vez el clima era sombrío y la fiesta se detuvo casi antes de comenzar. El campus, que había sido un símbolo de la educación negra desde 1908, quedó desolado.
Esta derrota, además de ser un retroceso para el Partido Demócrata, marcó un momento crítico en la historia política de EE.UU. Harris no solo perdió ante Trump; lo preocupante es que probablemente obtuvo menos votos que él, algo que no sucedía desde 1992. Desde entonces, solo George W. Bush, en 2004, había conseguido más votos que un demócrata.
La situación refleja un cambio dramático en la demografía del país. Estados Unidos, que se está convirtiendo en un mosaico de diversas identidades, parece haber rechazado a una candidata que, a pesar de su ascendencia mestiza y su trayectoria académica, no logró conectar con los votantes. Las comunidades minoritarias que históricamente han apoyado a los demócratas empezaron a desmarcarse, lo cual es un signo alarmante para el futuro del partido.
Kamala Harris, descendiente de inmigrantes indios y caribeños, estudiada en Howard, no logró articular un mensaje que resonara lo suficiente entre las masas, mientras que sus oponentes, Donald Trump y JD Vance, provenientes de universidades de renombre, sabía apelar más eficazmente al electorado. Esta polarización se evidenció en cómo Harris abandonó su fuerte base de apoyo entre las minorías y la clase trabajadora.
La desolación del campus de Howard se convierte en un símbolo de las expectativas no cumplidas, no solo para el Partido Demócrata, sino para toda una parte de la sociedad que aboga por el progreso y la diversidad. La gran cantidad de recursos que tenía Harris, en comparación con Trump, no sirvió para garantizar su victoria. Enfrentó a un rival que había sido acusado de múltiples delitos, lo que hace que su derrota sea aún más abrumadora y simbólica; representa un rechazo no solo a un candidato, sino a un modelo político que parecía haber perdido su conexión con la realidad social.
Esta situación deja en evidencia un cambio de paradigma en la política estadounidense, donde el mensaje populista goleó a las estrategias convencionales. Es un momento de reflexión para los demócratas que deben revisar su enfoque si quieren regresar al camino de la victoria.