Manuel Valiente, un investigador aragonés nacido en 1980, ha desafiado las expectativas y se ha convertido en una voz pieza clave en la lucha contra el cáncer, especialmente en la metástasis cerebral, una de las formas más mortales de esta enfermedad. Su renuncia a la veterinaria en favor de la neurociencia lo ha llevado a un emocionante viaje en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Valiente está dedicado a derribar barreras en el tratamiento del cáncer. "Hace 10 o 15 años, recibir un diagnóstico de metástasis cerebral era equivalente a una condena a muerte", afirmó. Sin embargo, su optimismo es contagioso: "Estoy convencido de que estamos viendo cambios significativos en el posible tratamiento y la calidad de vida de los pacientes".

Un hallazgo impresionante de su equipo ha sido la identificación de cómo las células cancerígenas manipulan a los astrocitos, que normalmente ayudan a reparar daños en el cerebro, para que en cambio, fortalezcan a los tumores. Este descubrimiento es un paso crucial, ya que se ha demostrado que el medicamento silibinina, que ya está disponible, puede bloquear esta táctica del cáncer, mostrando una sorprendente eficacia del 75% en ensayos compasivos.

Y no solo eso, ya está en marcha un ensayo clínico de fase II para evaluar el uso de silibinina en pacientes con cáncer de pulmón y de mama con metástasis cerebral. Las expectativas son altas, ya que se visualiza la posibilidad de un ensayo de fase III en el futuro cercano que podría involucrar cientos de pacientes.

La historia de Valiente es inspiradora. Desde joven soñaba con ser veterinario, pero se dio cuenta de que su verdadera pasión estaba en la investigación científica. Después de una experiencia transformadora en un laboratorio en Alicante, se trasladó a Nueva York para estudiar las migraciones de células tumorales, lo que finalmente le llevó de regreso a España y al CNIO.

El compromiso de su equipo no se detiene en la metástasis; también se centran en mejorar la calidad de vida de los pacientes. Investigaciones recientes han demostrado que las alteraciones cognitivas en muchos de estos pacientes no siempre son causadas por el crecimiento del tumor, sino por las moléculas que secretan los tumores, lo que abre un nuevo camino de investigación en su laboratorio.

Valiente y su equipo también están en la búsqueda de terapias preventivas para detener el cáncer antes de que se convierta en un problema más complejo. Saben que la conexión inicial entre las células cancerígenas y los vasos sanguíneos es crítica y están trabajando en terapias que apunten precisamente a esas interacciones.

Con una plantilla de 20 investigadores, Valiente describe su laboratorio como una "orquesta perfectamente coordinada". El entusiasmo y la motivación son la clave del éxito, y él subraya que su labor es solo una parte del esfuerzo colectivo. En su búsqueda incansable por vencer el cáncer, Manuel Valiente se destaca no solo como un innovador científico, sino como un símbolo de esperanza para muchos pacientes y sus familias.