El Valencia CF se encuentra en una situación crítica tras su último partido contra el Leganés, y marchará al parón de selecciones en posiciones de descenso. Aunque la noticia ya ha dejado de ser sorprendente, ya que el equipo de Rubén Baraja ha estado lidiando con esta preocupación desde el inicio de la temporada, el insípido empate 0-0 en Butarque no hace más que perpetuar su mala racha.

A pesar de que el Valencia logró su primera portería a cero fuera de casa desde abril, el resultado no les sirve para salir de la crisis actual. En sus primeros cuatro partidos como visitante, el equipo ha cosechado cuatro derrotas y ha encajado diez goles. El público en el estadio sintió la tensión de la situación, especialmente cuando el Leganés estuvo a punto de marcar en el minuto 92 con un disparo que se estampó en el palo.

Durante la semana previa al partido, Baraja había llamado a sus jugadores a "espabilar" y mejorar su rendimiento. Si bien defensivamente mostraron una mejoría, en el aspecto ofensivo fue un desastre. La alineación 5-4-1 que estableció el entrenador fue efectiva en defensa, pero en ataque fue completamente ineficaz. Hubo intentos por parte de los valencianistas, especialmente de Sergi Canós, quien se mostró activo, aunque sin éxito.

En la segunda parte, el Leganés intentó más, pero el verdadero héroe fue Cristhian Mosquera, quien realizó intervenciones clave que evitaron goles claros. A pesar de la presión del Leganés, el Valencia también tuvo oportunidades, siendo Diego López, el único que se mostró incisivo, aunque su esfuerzo no fue suficiente para marcar.

La imagen más memorable del encuentro llegó al final, cuando los jugadores se acercaron a la afición. Aunque los hinchas animaron durante todo el partido, no pudieron contener su frustración por la situación del equipo. En lugar de insultar a los jugadores, los cánticos iban dirigidos a la directiva, pidiendo la dimisión de Peter Lim. Este sentimiento generalizado refleja la necesidad urgente de un cambio en la gestión del club.

Es evidente que el Valencia necesita replantearse su estrategia antes de que sea demasiado tarde. Los próximos partidos serán cruciales para su futuro, y el tiempo corre en su contra. La afición espera una reacción contundente, tanto en el banquillo como en el campo. ¿Podrá el equipo remontar este difícil momento? ¡Solo el tiempo lo dirá!