El pasado 15 de septiembre de 2024, el XB-1, el innovador demostrador supersónico de Boom Supersonic, llevó a cabo su tercer vuelo de prueba, una emocionante aventura pilotada una vez más por el experimentado Tristan «Geppetto» Brandenburg. A pesar de que no se reportaron grandes novedades, cada vuelo es un hito en la búsqueda de recuperar la era del vuelo supersónico.

Durante este vuelo, el XB-1 alcanzó una altitud de 4,5 kilómetros y una velocidad de 430 kilómetros por hora, aún lejos de las asombrosas velocidades que se espera lograr, pero cada ensayo aproxima a los ingenieros a su objetivo. Lo más inesperado de esta prueba fue la capacidad del XB-1 de ejecutar ángulos de cabeceo y guiñada máximos sin comprometer la estabilidad, proporcionando datos cruciales para el desarrollo futuro.

Además, en esta ocasión se probó el sistema de control ambiental, diseñado para mantener al piloto en condiciones óptimas de temperatura y presión, lo que es fundamental para vuelos de larga distancia. También se experimentó con el tren de aterrizaje a velocidades superiores a las de las pruebas previas, lo que demuestra la fiabilidad del sistema en condiciones más exigentes.

Boom Supersonic ha mantenido en silencio las fechas específicas de sus futuros vuelos, pero hay un creciente optimismo dentro de la empresa que sugiere que el XB-1 podría alcanzar velocidades supersónicas antes de finalizar este año. Si las expectativas se cumplen, marcaría un hito en la aviación moderna.

Cabe mencionar que Boom es la única empresa que ha continuado su proyecto en el desarrollo de aviones supersónicos en los últimos años, lo cual la posiciona como líder en este campo. Los datos recolectados de estos vuelos de prueba serán esencialmente utilizados en el diseño y desarrollo del Overture, un avión concebido para transportar de 64 a 80 pasajeros a una velocidad impresionante de Mach 1.7, casi el doble de la de los aviones comerciales actuales.

Sin embargo, los desafíos mecánicos y aerodinámicos podrían complicar el desarrollo, y resta por ver si la demanda del mercado por vuelos supersónicos y la viabilidad económica del Overture serán suficientes para catapultar estos sueños hacia la realidad. ¿Estamos realmente al borde de una nueva era en la aviación?