La historia de Jimmy Carter, el 39º presidente de los Estados Unidos, está llena de momentos memorables y logros significativos, desde la firma de los acuerdos de Camp David hasta la normalización de relaciones con China. Pero uno de los capítulos menos conocidos de su vida es su visita a España en 1998, donde tuvo experiencias inolvidables, especialmente en Córdoba.

Carter llegó a Córdoba durante un viaje familiar por Andalucía, acompañado de su esposa Rosalynn, su hijo Jeff y su nuera Annette. En ese momento, la ciudad estaba bajo la Alcaldía del Partido Popular, encabezada por Rafael Merino, en un contexto político que había cambiado después de años de gobiernos comunistas. Ricardo Rojas, el entonces delegado de Turismo, rememora con claridad aquel día especial. "No me importaba su afiliación política, para mí era el expresidente de los Estados Unidos en Córdoba", expresa con entusiasmo.

La visita incluyó paradas espectaculares, como el Museo Taurino y la famosa plaza de toros, donde Carter se mostró muy interesado. Rojas obsequió al exmandatario un libro sobre el legendario torero Manolete y otro sobre la historia de Córdoba. Durante la visita, Jeff Carter no pudo resistir la tentación de probarse un traje de torero en el museo, lo que dio lugar a instantáneas que aún perduran.

El almuerzo tuvo lugar en 'El Caballo Rojo', reconocido entonces como el mejor restaurante de la ciudad. Allí, disfrutaron de una variedad de platos típicos como salmorejo, alcauciles, merluza y rabo de toro. Carter quedó tan impresionado que expresó ante los medios: "No he comido mejor en mi vida". A pesar de estar en sus 74 años, su energía era notable, y Ricardo Rojas lo describe como un hombre amigable y accesible.

En su breve estancia, también exploró la Judería y la icónica Mezquita-Catedral, mostrando un sincero interés por la rica herencia cultural de Córdoba. Antes del almuerzo, disfrutó de un vino en la Bodega San Rafael, donde destacó la belleza de la ciudad y su gastronomía. "Hemos viajado a más de 120 países, y nunca hemos tenido una comida mejor", aseguró Carter, dejando a todos los cordobeses orgullosos.

Ricardo Rojas concluye que Carter se despidió fascinado por Córdoba, elogiando su historia de convivencia cultural, especialmente durante el esplendor del siglo X. Este encuentro no solo fue un momento destacado en la vida de Carter, sino un homenaje a las raíces multiculturales de una de las ciudades más bellas de España.