Tiago Splitter, el icónico pivot brasileño que deslumbró en los clubes de Baskonia y San Antonio Spurs, se prepara para un partido muy especial este viernes (20:30) en España, donde una vez más se presentará en la Euroliga, pero esta vez en el banquillo como entrenador. Acompañando al FC Barcelona de Joan Peñarroya, Splitter regresa al país que le vio crecer como jugador después de una retirada temprana en 2018, causada por una lesión de cadera que lo mantuvo alejado de las canchas durante más de diez meses.

Este retorno no solo marca su regreso a España, sino también un momento lleno de nostalgia y emoción. Javi Buesa, quien fue uno de sus primeros amigos en Vitoria-Gasteiz, recuerda con cariño cómo Tiago llegó a la ciudad en el año 2000 con apenas 15 años y un espíritu lleno de sueños. "Siempre tuvo la cabeza bien amueblada, sabía a lo que venía y que no podía perder la cabeza", comparte Buesa, destacando la importancia de su sólida formación familiar, con un padre abogado y una madre profesora que siempre hicieron hincapié en la importancia de los estudios.

La fama llegó rápido para Splitter. Su debut a tan corta edad en la ACB provocó una revolución en Vitoria-Gasteiz; “A veces no podía salir al patio porque la gente se le abalanzaba a pedirle fotos y autógrafos”, relata Buesa. Con una presencia de 2,11 metros, no pasaba desapercibido. A pesar de su inmensa popularidad, Splitter siempre sabía manejar las situaciones con gracia, manteniendo la calma ante el afán de los fans.

Los momentos de ocio fueron igualmente significativos. Tiago, como cualquier adolescente, disfrutaba de salir con sus amigos, y la experiencia se convertía en un desfile cada vez que paseaban por Vitoria. Uno de sus lugares favoritos era el restaurante Elkartetxe en la calle San Prudencio, conocido por sus platos deliciosos y su ambiente animado.

Aunque enfrentó dificultades ajustándose a un nuevo idioma y cultura, la adaptabilidad de Splitter fue excepcional. Las clases de español que recibió en Corazonistas, su colegio, facilitaron mucho su integración. Este esfuerzo fue crucial; los miembros de la comunidad educativa le apoyaron en su camino hacia el éxito.

Durante sus siete años en Baskonia (2003-2010), Splitter se convirtió en uno de los pilares del equipo, contribuyendo a múltiples victorias que incluyeron ligas ACB, Copas y Supercopas. Su alto rendimiento y dedicación le llevaron al Draft de la NBA en 2007, donde fue seleccionado por los San Antonio Spurs, y a los 26 años, finalmente cumplió su sueño de jugar en la mejor liga del mundo.

A pesar de las lesiones que marcaron el final de su carrera como jugador, el amor por el baloncesto nunca desapareció. Tras un tiempo en los Brooklyn Nets como asistente de entrenamiento enfocado en los pivots, su deseo de liderar le llevó al cargo actual en el Paris Basketball, donde lleva impresas sus enseñanzas sobre disciplina y trabajo en equipo.

Bajo su dirección, el club se posiciona como uno de los favoritos en la liga francesa y en la Euroliga, sorprendiendo a muchos críticos que no creían que un exjugador con poca experiencia técnica podría tener éxito en un rol tan crucial.

Sin embargo, su victoria no está exenta de retos personales. El recuerdo del fallecimiento de su hermana Michelle en 2009 sigue siendo una experiencia dolorosa, que Tiago ha manejado con admirable fortaleza a lo largo de los años. Asegurándose de nunca olvidar sus raíces, Splitter continúa mostrando su compromiso con la comunidad de Vitoria-Gasteiz, donando camisetas y participando en subastas para proyectos de desarrollo.

Este regreso a España para enfrentar al FC Barcelona y dirigirse a la Euroliga no es solo un encuentro deportivo, sino una celebración de un viaje desde un joven imberbe hasta un respetado líder en la cancha. La historia de Tiago Splitter es un testimonio de perseverancia, pasión y sobre todo, cómo los sueños pueden convertirse en realidad con el empuje adecuado. ¡El espectáculo está asegurado!