El Partido Popular (PP) ha registrado su Proposición de Ley de Conciliación y Corresponsabilidad en el Congreso, marcando un cambio de táctica al centrarse en propuestas sociales y alejadas de los extremos ideológicos. Miguel Tellado, portavoz parlamentario, enfatizó que su propuesta "no es ni de derechas ni de izquierdas, sino útil". Este cambio de enfoque busca destacar la supuesta paralización del gobierno actual y la incapacidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez para avanzar.

Entre las medidas incluidas en la propuesta se encuentra la educación infantil gratuita de cero a tres años y la ampliación de permisos de maternidad y paternidad a 26 semanas, lo que elimina la obligación de compartir las primeras seis semanas entre padres. También se plantea una "jornada laboral flexible", que se manejaría a través de un acuerdo temporal entre empleadores y empleados.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha expresado su apoyo a la reducción de la jornada laboral, algo que ha causado discordia interna. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se opone a recortar las 40 horas semanales. A esta oposición se suma Esperanza Aguirre, quien ha declarado que el PP debería enfocar más su estrategia hacia la "batalla cultural" contrarrestando las políticas progresistas del gobierno.

El tono de la discusión ha escalado, especialmente con críticas por parte de la CEOE y otras voces en el partido que argumentan que las propuestas de flexibilidad laboral del PP no deben traicionar su ideología liberal. Cuca Gamarra, secretaria general del PP, dejó claro que su visión es diametralmente opuesta a la de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al afirmar que su propuesta se centra en el trabajo acordado y no en imposiciones.

La propuesta está diseñada para captar apoyo de otros partidos, centrándose en Junts y PNV, a pesar de las rebatiñas del PSOE, quien ya ha advertido que no le interesa apoyar ningún retroceso en derechos laborales. Paciencia es lo que se requiere, ya que el panorama de la política actual revela tensiones tanto en el PP como en la oposición.

Dicho esto, la propuesta del PP se presenta como un intento por recuperar terreno en una arena política donde algunos ven una oportunidad de oro, mientras que otros anticipan el clásico juego de la política española: la resistencia y el tira y afloja entre las diferentes facciones. ¿Logrará el PP avanzar con su ley de conciliación, o enfrentará una dura batalla en el Congreso?