El Partido Popular (PP) liderado por Alberto Núñez Feijóo ha puesto en el centro de la diana a Teresa Ribera en su camino hacia la Eurocámara, donde este martes se someterá a un examen crucial como candidata a vicepresidenta de Competencia y Transición Justa y Limpia. Desde el primer momento, la delegación española ya mostró su oposición a la candidatura de Ribera, distanciándose de su grupo político a nivel europeo. Ahora, el tono se ha intensificado contra la dirigente socialista, a la que acusan de inacción en la gestión de los desastres naturales, mientras el PP intenta proteger a Carlos Mazón, presidente valenciano, ante las acusaciones de negligencia en las horas previas a la calamidad.

Borja Sémper, portavoz del PP, criticó en una rueda de prensa: “Nuestros compañeros en la Unión Europea saben lo que opinamos, y los españoles también. Desde hace tiempo hemos sostenido que Ribera no es la mejor candidata para esta responsabilidad.” Su intervención estuvo marcada por una fuerte crítica a la gestión de la DANA, sugiriendo que los recientes acontecimientos han reforzado el rechazo hacia el perfil y las acciones de Ribera.

El portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, agregó: “Parece que la vicepresidenta está más preocupada por convertirse en comisaria europea que por atender su deber.” Afirmó que el Gobierno valenciano estaba a cargo durante la crisis y criticó la lejanía de representantes del Gobierno de España en momentos críticos, con Sánchez en India y Ribera en Bruselas.

El PP ahora utiliza la gestión de la DANA como argumento principal para oponerse a Ribera, a pesar de que anteriormente había criticado su designación y participó en la votación contraria a su idoneidad. Buscan afectar la credibilidad de Pedro Sánchez a nivel europeo, con la esperanza de que su fuerte oposición resuene en el grupo liderado por Manfred Weber.

Sin embargo, el Gobierno parece adoptar una estrategia política de evitar el enfrentamiento directo con el PP o con la Generalitat de Valencia. El presidente Sánchez, en lugar de atacar, defendió a Ribera con vehemencia: “Necesitamos más Teresas Riberas y menos negacionistas.” Además, dejó entrever que evaluaría más adelante la responsabilidad de Carlos Mazón en la crisis.

Cabe mencionar que la oposición al nombramiento de Ribera también acarrea riesgos para el PPE (Partido Popular Europeo), que tendrá que justificar si decide rechazar su candidatura. En este contexto, Ribera requiere el apoyo de dos tercios de los coordinadores de las comisiones parlamentarias que la evalúan, lo que incluye el respaldo de liberales, socialistas y verdes.

La situación política se complica porque, aunque el PPE se muestra cauteloso con respecto a Ribera, también tiene que considerar a otros candidatos influyentes, como Raffaele Fitto, respaldado por Giorgia Meloni, lo que podría arrastrar a todos a la misma situación si no logra la aprobación necesaria.

Al final, la incertidumbre en torno a lo que ocurrirá este martes en la Eurocámara podría tener importantes repercusiones para la política española y europea, y los esfuerzos del PP para debilitar a Ribera no solo reflejan una lucha por el poder, sino una intensa batalla ideológica en el seno de la política del continente.