Recientemente, Pedri, una de las jóvenes promesas del Barcelona, sorprendió a todos en una entrevista al revelar sus deseos de mejorar: "Tengo solo 22 años y tengo margen de mejora. De hecho, el entrenador también me lo dice en los entrenamientos. ¿Qué podría mejorar? Por ejemplo, elegir mejor cuándo acelerar o calmar el juego...". Sin saberlo, estaba dando pistas sobre la estrategia secreta que Hansi Flick estaba perfeccionando para asegurar la victoria en el Metropolitano y clasificar al Barça para la final de la Copa.

Uno de los aspectos cruciales del plan de Flick era acelerar las transiciones, un enfoque pensado para frustrar al Atlético de Madrid, que podría armar su defensa en un bloque bajo casi impenetrable. Era esencial que jugadores como Pedri y De Jong interpretaran cuándo debía hacerse ese cambio de ritmo.

El Atlético es conocido por su versatilidad, capaz de presionar arriba y dominar a sus rivales incluso con muchos jugadores en campo contrario. Sin embargo, Flick anticipó que el 4-4 de la ida invitaría a Diego Simeone a adoptar un enfoque defensivo, a la espera de un error en la circulación del balón por parte del Barça para contraatacar. A diferencia del partido anterior donde el Atlético se adelantó 2-0, en esta ocasión, el técnico alemán determinó acertadamente que el equipo colchonero alinearía una estrategia más cautelosa, formando un 5-3-2 que se convertía en un 4-4-2 al atacar, con Marcos Llorente jugando roles tanto de lateral como de interior según la posesión.

Superar un bloque defensivo agresivo nunca es tarea fácil, como evidenció el Barcelona en su reciente empate contra el Getafe (1-1) en Liga. Ante esto, Flick se centró en los últimos entrenamientos en cómo atacar en espacios reducidos. La clave fue Lamine Yamal, cuya velocidad y habilidad para desmarcarse se convirtieron en un factor determinante, buscando siempre a Ferran Torres en sus desmarques al espacio. Así, el despliegue del plan culminó en un gol que dejó claro que la preparación y estrategia ensayada habían dado frutos.

En resumen, el enfrentamiento en el Metropolitano no solo sería una prueba para los jugadores, sino también para la mente táctica de Flick. Con este tipo de preparación y análisis, el Barça busca no solo la victoria, sino reafirmar su posición como uno de los grandes de Europa.