Un tema candente ha surgido una vez más en el mundo del periodismo y la fotografía, relacionado con la famosa imagen de la 'Niña del Napalm' capturada durante la Guerra de Vietnam. Este instante brutal, que conmocionó al mundo y se convirtió en un símbolo de los horrores del conflicto, ha sido objeto de debate tras la presentación de un nuevo documental titulado 'The Stringer' en el festival de cine de Sundance.

El fotógrafo Nick Ut, quien ha sido reconocido con el Premio Pulitzer por esta emotiva instantánea, siempre ha sostenido que fue él quien tomó la foto que muestra a una niña de nueve años, Kim Phuc, huyendo desnuda tras un ataque con napalm. Sin embargo, el documental insinúa que una falta de crédito podría haber existido, atribuyendo la foto a un fotógrafo independiente vietnamita menos conocido, Nguyen Thanh Nghe.

Los creadores del documental expresan la importancia de aclarar la autoría de la imagen, ya que esta forma parte de una narrativa más amplia sobre la representación de la guerra y la responsabilidad de los medios de comunicación a la hora de dar reconocimiento a los que realmente han capturado momentos cruciales. El director ejecutivo del documental, Gary Knight, subrayó que es esencial que los medios rindan cuentas por sus actos, citando que la fotografía en cuestión es una de las más importantes jamás tomadas.

La controversia se intensificó cuando Carl Robinson, editor de fotografías de Associated Press (AP) en la época en que se capturó la imagen, reveló que fue presionado para atribuir la foto a Ut, lo que luego se convirtió en un punto clave del debate. La presión que sentía para seguir las directrices de la AP complicó su capacidad para hablar con claridad sobre la verdadera autoría en ese momento.

Por su parte, el abogado de Ut ha denunciado que estas afirmaciones son parte de una venganza de décadas contra él y la AP, y se prevé que se presente una demanda por difamación contra los creadores del documental. La situación plantea preguntas desafiante sobre la ética en el periodismo y el reconocimiento individual frente a la institución.

Kim Phuc, la niña de la icónica foto, ha compartido en diversas oportunidades sus sentimientos sobre la imagen y su impacto en su vida. Ha expresado que, aunque fue un símbolo del sufrimiento, ha utilizado su historia para abogar por la paz y la reconciliación, convirtiéndose en un testimonio viviente de los horrores de la guerra.

A medida que estas discusiones continúan, la comunidad del fotoperiodismo observa atentamente cómo se desplegará este drama, que resuena mucho más allá de la mera cuestión de la autoría. La búsqueda de la verdad y el reconocimiento justo para los artistas del lens, y su papel en la narración de la historia, sigue siendo de crucial importancia.

En este contexto, la columna entre la ética y la responsabilidad social se vuelve un imperativo que debe ser examinado meticulosamente en la era contemporánea.