La ciudad de Vic se iluminó en una noche mágica gracias a la Copa del Rey, en la que el Atlético de Madrid hizo su presencia. Desde el preciso instante en que se conoció el emparejamiento, la localidad de Osona estuvo en plena ebullición, y nadie dejaba de hablar sobre este emocionante encuentro.

Los protagonistas, incluido el entrenador de la Unió Esportiva Vic, Ramón Carrascal, vivieron un sueño hecho realidad. Aunque el resultado en el marcador no fue favorable, el equipo catalán mostró una valentía y entrega admirables, poniendo en serios aprietos al coloso atlético.

Antes del partido, Mundo Deportivo tuvo la oportunidad de conversar con Carrascal, quien reveló las expectativas que tenía de cara a su encuentro con Diego Simeone. El histórico exjugador del Vic, con 403 partidos a sus espaldas, expresó con una sonrisa: “Al principio me pillaron por sorpresa cuando me preguntaron. Dije algo en broma sobre la corbata y la chaqueta, pero que en realidad no soy coleccionista. Lo importante es que Simeone nos respetará como nosotros a ellos. Si tuviera la oportunidad, me encantaría hablar cinco minutos con él, hacerle preguntas sobre cómo preparó el partido, si nos estuvo analizando, y aprender de su experiencia.”

Simeone, conocido por su minuciosidad y preparación, no es ajeno a estos detalles. Había estado al tanto de las conversaciones de Carrascal en la previa, recogiendo impresiones sobre el enfoque y la actitud del entrenador catalán hacia su figura y la del Atlético. Esta admiración no pasó desapercibida para él.

EL GESTO INOLVIDABLE

La impresión que Simeone se llevó del equipo vigitano fue increíblemente positiva. Reconoció que quedó encantado con cómo jugaron, con el compromiso y la intensidad que demostraron en cada jugada, lo que les hizo dificultar la labor a su equipo. “Me gustó mucho su entrega, me voy muy contento por ellos. Nos exigieron y hacer el gol no fue fácil”, comentó el DT argentino.

El momento especial llegó después del partido, cuando Simeone cumplió el deseo de Carrascal y compartió esos cinco minutos que el entrenador había anhelado. Ambos, en el césped del Hipòlit Planas, intercambiaron impresiones y curiosidades sobre el juego, dejando una huella imborrable en la memoria de Carrascal.

Este encuentro, más allá del resultado, se convierte en una valiosa experiencia para el Vic y su cuerpo técnico, marcando un capítulo inolvidable en la historia del club. No cabe duda de que, para Ramón Carrascal, esta noche será un recuerdo imborrable, redondo y inspirador.