El Castillo Nuevo de los Mendoza, ubicado en la pintoresca localidad de Manzanares El Real, ha pasado nuevamente a manos de sus herederos, la Casa Ducal del Infantado, tras el vencimiento del contrato de arrendamiento que permitía su gestión por parte de la Comunidad de Madrid durante 60 años. Este traspaso se concretó el pasado 5 de enero de 2024, y ha generado un gran revuelo en la comunidad local y entre los amantes del patrimonio cultural, pues actualmente el castillo permanecerá cerrado al público debido a la falta de licencias necesarias para su apertura.

Durante los últimos años, este emblemático castillo se había convertido en un importante atractivo turístico, registrando más de 400,000 visitantes entre 2019 y 2023. Sin embargo, su cierre significa una pérdida significativa para la economía de la región, que dependía en gran medida del flujo de turistas.

La XX duquesa del Infantado, Almudena de Arteaga y Alcázar, licenciada en Derecho y notable escritora de novelas históricas, es conocida por su intención de mantener el castillo abierto como un centro cultural y turístico. La duquesa, que también posee otros patrimonios como el castillo de La Monclova en Sevilla y la Casa de Lazcano en Guipúzcoa, había expresado su deseo de modernizar la oferta cultural de Manzanares a través de una sociedad que gestionara el castillo.

Construido entre 1475 y 1490, el castillo es un ejemplo destacado de la arquitectura gótica tardía y ha jugado un papel significativo en la historia española. Fue aquí donde se firmaron importantes documentos históricos como el Estatuto de Autonomía en 1983. Su estado de conservación ha hecho que sea considerado una de las 'joyas' de las fortificaciones de la Comunidad de Madrid. A pesar de ello, tras el traspaso de la gestión, se ha puesto en duda su futuro abierto al público debido a las estrictas normativas urbanísticas que habían permitido su conservación.

Las negociaciones previas al cierre del castillo revelaron un desacuerdo entre la Casa Ducal, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Manzanares, liderado por el socialista José Luis Labrador. El abogado de la familia, Miguel Temboury, ha instado a las autoridades a encontrar una solución urgente para que el castillo pueda reabrir, sugiriendo que existen caminos legales para hacer esto posible.

La Comunidad de Madrid, por su parte, ha enfatizado que la responsabilidad de reabrir el castillo recae ahora en los propietarios, quienes deberán solicitar los permisos correspondientes ante el Ayuntamiento. Esto ha generado un debate sobre la necesidad de adaptar la normativa urbanística para facilitar la apertura del castillo sin comprometer su integridad como bien patrimonial.

Mientras tanto, los ciudadanos, los turistas y los entusiastas del patrimonio están ansiosos por conocer el destino de este monumento, que durante décadas ha sido un símbolo de la historia y cultura de la región. Se espera que el Ayuntamiento de Manzanares y la Comunidad de Madrid se reúnan con la duquesa tras las festividades navideñas para discutir cómo proceder. Sin embargo, el tiempo corre y el futuro del castillo sigue en la cuerda floja. ¿Estará nuevamente abierto al público en un futuro cercano, o se convertirá en un relicario de la historia cerrado a la vista del mundo?